Se cumplen semanas desde que estalló la injusta e imperialista invasión de las fuerzas armadas de Vladimir Putin a Ucrania. Sin duda un conflicto que tiene sus orígenes en heridas que dejó abiertas la guerra fría, el control de Washington y Occidente de las instituciones globales, pero sobre todo del modelo que desde entonces rige al mundo. Muchos argumentarán que también habría que meter dentro de las variables de análisis el rol que hoy juega China, tanto en lo económico como en lo militar, pero de eso me ocuparé más adelante.
Putin es, por mucho, uno de los mejores estrategas políticos con tufo maquiavélico de nuestra época reciente. Un joven de San Petersburgo, exagente de la KGB, que desde sus inicios en la inteligencia trazó la ruta para convertirse en el sucesor natural del primer presidente ruso, Boris Yeltsin. Putin ha controlado Rusia desde 1999.
El asalto a Ucrania y el deseo de derrocar al gobierno del presidente Zelensky es la continuación a la invasión que hizo de Crimea en 2014. No hay que olvidar también que Ucrania es el país con más población rusa después de Rusia. Los efectos de este conflicto han sido vastos y me referiré a los que más nos afectarán como región.
La respuesta de Occidente ha sido robusta en lo económico y en lo diplomático, la parte militar también, pero creo que los países miembros de la OTAN y el liderazgo del G7 decidió de manera clara que la respuesta militar tendría que ser estratégica y menos visible y así ha sido, porque de no ser así, estaríamos en las postrimerías de la tercera guerra mundial.
La guerra ha provocado varios shocks en el frente económico, hemos tenido un incremento en los precios del crudo y el gas debido al rol estratégico de Rusia en este sector. Europa será el que más lo habrá de sentir, y de una u otra manera los precios de la energía tienen un impacto en el turismo -sube el costo de la turbosina, el ciudadano de a pie tendrá que pagar más por luz y gasolina y la pensará dos veces antes de gastar y planear un viaje-, por mencionar dos ejemplos.
El conflicto ha realineado las prioridades de Washington hacia el mundo, incluyendo su involucramiento en América Latina; hoy la Casa Blanca sabe que o mira hacia el sur o corre el riesgo de que Rusia y China lo hagan de manera más agresiva en un momento clave geoestratégico. Sobre China puedo afirmar que será el único que podrá convencer a Putin de cesar el fuego y de negociar una salida, lo que pudiera incluir perder la batalla.
México ha jugado un rol importante. A pesar de que tardamos dos días en condenar la conducta de Putin, nuestro embajador en Naciones Unidas, Juan Ramón de la Fuente, ha sido clave en enviar un mensaje de paz y conciliación y la salida al conflicto, hemos votado positivamente en una conclusión inmediata de la guerra.
En síntesis, durante los dos últimos años el mundo ha enfrentado dos grandes momentos que dejan lecciones hacia el futuro. Primero fue el Covid y ahora esta guerra. Hoy más que nunca el robustecimiento de la región de América del Norte es crítico, anto en las cadenas de producción, la seguridad energética y sobre todo en lo económico. Una región sólida nos permitirá amortiguar los impactos negativos de estas crisis.
- Canela fina
- Periodista y escritor
- Twitter @Ruben_Cortes