lunes, mayo 19 2025 •  Latitud 21 • Emprendedores y Negocios en el Caribe Mexicano
  • Inicio
  • Secciones
    • Agenda
    • Emprendedores
    • Encuentros
    • En la 21 y otras latitudes
    • Foro Empresarial
    • Infografia
    • Libro Ecología y Espiritualidad
    • Lifestyle
    • Meridiano 87
    • Playa del Carmen
    • Portada
    • Responsabilidad social
    • Sube y Baja
    • Tech 2.1
  • Columnas de Opinión
  • Caribe Mexicano
    • Quintana Roo
    • Cancún
    • Playa del Carmen
  • Deporte y Salud
  • Ediciones Anteriores
  • Contacto
  • Otras Revistas del Grupo
Revista Latitud 21
Marca:

AIFA

    Bitácora de Viaje XXI

por NellyG 1 abril, 2022

                                               

            Estar desnudo es un enfoque de ser revolucionario; ir descalzo es mero populismo.

           – John Updike.

   – Bueno, con hambre hasta piedras. – Pensaba el reportero cuando vio la fila de más de veinte personas esperando el turno para comprar quién sabe qué, hecho con tortilla de maíz, salsa y algunas verduras que a la distancia parecían nopales y cilantro. La gastronomía mexicana, patrimonio de la humanidad según recuerdo, es la gran integradora social. La que hermana a ricos, medianos y pobres para convivir y tolerarse en una caravana impaciente seducida por olores y promesas de una recompensa imaginada por la historia cultural de otros momentos. El periodista llevaba de pie desde las dos de la mañana. A las cuatro salió de casa rumbo a una misión  con resultados inesperados. Como esos huevos de chocolate con juguete sorpresa hoy tan prohibidos por los norteamericanos. En la política nacional, cualquier encomienda, era la oportunidad, el resorte, el impulso, de escribir la historia sobre lo insólito, lo surrealista y ¿quién sabe? – alcanzar la de ocho para llenarle el ojo al jefe de información.  Oh, sí, la tlayuda; perfecta para engañar al hambre canija luego de horas concentrado en un recinto en donde ni refresco, ni galletitas, mucho menos café.  Recordaba la anécdota que se contaba del Ché, cuando en reunión del Ministerio de Industrias que presidió, el contenido de la cafetera solo alcanzaba para cinco tazas y eran más de diez los asistentes. Algunos, ya nerviosos porque, bueno, un cubano sin café no debería presumir ser cubano, comenzaron a mirar al doctor Guevara con ojos suplicantes para que inaugurara el reparto del obscuro brebaje. El barbón argentino, entendiendo y con esa sonrisa indescifrable  que antecedía a la palmada en el hombro o al balazo, les soltó un lapidario “si no hay para todos, no hay para nadie”, zanjando el tema y dejando claro algo más allá que la ocurrencia: su visión revolucionaria de dientes pa’fuera. En esas estaba el periodista cuando reparó en dos oficiales de la Guardia Nacional; esa extraña no policía militarizada sino milicia policiaca, quienes respetuosamente, eso sí, vigilaban el orden durante el evento con un ojo y con el otro esperaban la oportunidad para sumarse a la algarabía garnachera, a la sazón, el momento más feliz, por mucho, de invitados, reporteros, colados y acarreados esa mañana primaveral del 21 de marzo en Tecámac, Estado de México.

   Sí, en todo día inaugural se presentan, por nerviosismo o novatada, fallas que sirven de aprendizaje. Parafraseando a Parque Jurásico, para el lanzamiento de Disneylandia, algunos juegos no funcionaron, pero los célebres Piratas del Caribe no corrían libremente matando turistas, como los dinosaurios en la entretenida  historia de Crichton/Spielberg. Para el primer día de operaciones de un aeropuerto, una de las obras insignia de la presente administración, la impecabilidad del funcionamiento debería ir más allá del Ratón Mickey o de velocirraptores haciendo lo suyo por ahí asustando niños. Hablamos no solamente de prestigio internacional y por supuesto integridad de viajeros; se trata tristemente en prioridades de mantener la mano, seguir imponiendo agenda e irónicamente, la posesión de un balón que desde hace varias semanas ya la tenía alguien de su propia familia y una alberca de veintitantos metros de largo en Houston. Y… los tiempos políticos. Esos que deben cumplirse a rajatabla si quieres permanecer en la mente del electorado y preservar el ADN de tu partido circulando por muchos años. La gran escuela que mantuvo al PRI en el poder durante setenta años y todavía le alcanzó para regresar otros seis años más.  Y justamente, hablando de docencia en malabares –dicen que en política no hay coincidencias– parece como si el presidente hubiera querido reivindicar o acaso superar a su maestro realizando uno de los sueños truncados de Luis Echeverría (¿debo sentirme mal por acordarme otra vez de Parque Jurásico con una sonrisa malévola? ): hacer un aeropuerto ahí, justamente ahí, en los terrenos de la base aérea de Santa Lucía a principios de los años 70 por considerar que el Benito Juárez, en poco tiempo estaría pidiendo oxígeno. Sí, ya desde entonces. No es una idea nueva. Felipe Calderón, brincando el capítulo Atenco y proponiendo como segunda opción, además de la base militar construida en los 50, Tizayuca, Hidalgo. Ambos mandatarios abandonaron la posibilidad por costos, dificultad en cambios internacionales de aproximación aérea y por hallarse las dos locaciones en zonas muy importantes de explotación agroganadera.

   Apuntes mentales del reportero cuya aproximación para aterrizar frente a la señora de apellido Piña y sus más de cinco minutos de gloria internacional en fritangas similares y conexas se hacía presente a cada arremetida de esa conexión estómago, glándula salival, cerebro.  Pero, el trabajo intelectual antes que la salsa y el mordisco de masa azul.  ¿La señora Piña llegó por su propio pie y puso todo su tinglado en un recinto repleto de seguridad o el apellido resulta curiosamente coincidente con otro intento por desviar la atención de lo verdaderamente importante? ¿Nos debemos sorprender por alcances insospechados en la industria mexicana de la cortina de humo? Por supuesto que durante días se hablará de la puntada y de otros puestos a ras de suelo con tazas conmemorativas, gorras y -¡por supuesto! – el muñequito dientón de pelo blanco representando la imagen más familiar y querida del jefe del poder Ejecutivo. En segundo plano estará una obra inconclusa, entregada días antes de ese monumento a la egoteca disfrazado de consulta pública llamada “Revocación de Mandato”.  

   Pero interrumpimos las cavilaciones porque nuestro valiente reportero llegó finalmente a su destino. Sin chistar tomó el plato que la amable salvavidas de ocasión le tendía y se dio un respiro, como el que nos daremos hasta el mes entrante al comparar las posibilidades, realidades, futuro y perspectivas del AIFA. Sin el apasionamiento del hambre en proceso de fuga. 

   Por cierto, no eran tlayudas, gorditas o garnachas; se trataba de igualmente ricas doraditas con maíz azul, nopales, cilantro y salsa. Provecho.

              Iñaki Manero.

La central avionera

por NellyG 1 abril, 2022

El general Gustavo Vallejo no construyó un aeropuerto, sino una ciudad. Museos, escuelas, instalaciones militares, caminos, y todo lo que conforma Santa Lucía.

Ahí, antes de la decisión presidencial, estaba una importante base aérea del Ejército. Con su zona habitacional.

Cuando le ordenaron construir el nuevo aeropuerto ni siquiera parpadeó, o se quedó estupefacto; esa misma tarde llamó a sus hombres, y comenzó por enterarse qué requerían dichas instalaciones. Es decir, por dónde comenzar. Lo más importante, el reto casi imposible, era el tiempo. Porque López Obrador les dio fecha de inicio y de entrega.

Ningún aeropuerto, nunca, en el mundo, se ha construido en tan poco tiempo. Ya eso, en sí mismo, el tiempo, es una hazaña. El general Vallejo se construyó una oficina entre nubes de polvo que no permitían ver a dos metros. Y ahí vivió, durmió a ratos, comió a ratos, y se fue llenando de arrugas, de canas, de impaciencia interminable, y de pequeños combates ganados cada hora a la realidad que, además de tanto, le regaló una pandemia, con víctimas entre trabajadores y jefes militares.

Vallejo nunca se detuvo, nunca pidió tregua. Aguantó todo, hasta las miles y miles de auditorías que le quitaban tiempo, las visitas de periodistas y legisladores, las presiones tremendas de sus superiores, los presupuestos que debían bajarse hasta lo imposible.

No descansó. Sin metáfora alguna.

Nuevo museo de la aviación, nuevas instalaciones para la Fuerza Aérea, nuevas escuelas, nuevos departamentos, todo nuevo a tiempo.

El día anterior de la inauguración rindió parte a una estatua. Momento de extrema fuerza para los militares, difícil de entender para los civiles, porque el general Vallejo se dirigió al general Felipe Ángeles, no exclusivamente de forma simbólica, sino a sí mismo. A su uniforme, a su compromiso con México, a su convicción profunda de servicio.

Vinieron los discursos. El suyo puede resumirse en una expresión: “Misión cumplida”.

Para el general Vallejo llegó, también, el boleto al Sureste para, de inmediato ir a supervisar la construcción del aeropuerto de Tulum y el multicitado Tren Maya.  Orden superior que, tampoco, provocó mínima reacción, hace muchos meses que únicamente regresaba el domingo a casa, para ir a misa, para ver a su esposa y sus hijas por un rato, para encerrarse a revisar papeles. Poco, nada cambiará en su rutina.

A esta hazaña, a esta construcción excepcional en presupuesto y forma, muchos llaman “central avionera” … muchos demuestran su clasismo, su desprecio por el pueblo, su odio contra los desprotegidos que afean su mundo, llamando al nuevo aeropuerto Felipe Ángeles “central avionera” … en esas andamos… 

Descarga la Edición Mayo 2025

Columnas Editoriales

  • Anomalías y áreas de oportunidad en la Costa de Puerto Juárez-Punta Sam, Caribe Mexicano

    19 mayo, 2025
  • Mayo trabajador

    1 mayo, 2025
  • El riesgo de silenciar la red

    1 mayo, 2025
  • Urgía la protección animal  

    1 mayo, 2025
  • El “éxito” del Tianguis

    1 mayo, 2025
  • Primavera 2025

    1 mayo, 2025
  • Jueces robots, inteligencia artificial

    1 mayo, 2025
  • La tecnología y su impacto en el mundo laboral

    1 mayo, 2025
  • Resiliencia y aprendizaje en tiempos de crisis: Lecciones desde una experiencia personal

    1 mayo, 2025
  • Bitácora de Viaje LVIII

    1 mayo, 2025
  • Los primeros 100 días de Donald J. Trump

    1 mayo, 2025
  • La apología de la incultura

    1 mayo, 2025
  • Las grandes ideas: Fideicomisos con nuestros impuestos

    1 mayo, 2025
  • Problemas de dinero

    1 mayo, 2025

Revista Proyecto Brújula

Cancún iTips

AGENDA

  • 7 al 9 mayo • Convención AMPROFEC

    1 mayo, 2025
  • 8 al 9 mayo • Latin Consumer Summit

    1 mayo, 2025
  • 30 mayo • Medio Maratón 21K Valladolid

    1 mayo, 2025
  • 16 al 17 mayo • Travesía Sagrada Maya

    1 mayo, 2025
  • 22 al 23 mayo • Summit de Turismo Sostenible

    1 mayo, 2025

El Molcajete

  • Los conciertos generan derrama económica tangible.

    1 abril, 2025
  • El volar es muy seguro, pero últimamente algo está sucediendo.

    1 marzo, 2025
  • Trump y sus aranceles, el arma de negociación.

    1 febrero, 2025

Infografía

  • Semana Santa: Playas, el destino favorito 

    1 abril, 2025
  •  Mujeres al mando: Desafíos y oportunidades 

    1 marzo, 2025
  • Los delfines

    1 febrero, 2025
  • Facebook
  • Twitter
  • Instagram
  • Youtube

@2020 - Todos los derechos reservados. Diseñado por Latitud 21

Revista Latitud 21
  • Inicio
  • Secciones
    • Agenda
    • Emprendedores
    • Encuentros
    • En la 21 y otras latitudes
    • Foro Empresarial
    • Infografia
    • Libro Ecología y Espiritualidad
    • Lifestyle
    • Meridiano 87
    • Playa del Carmen
    • Portada
    • Responsabilidad social
    • Sube y Baja
    • Tech 2.1
  • Columnas de Opinión
  • Caribe Mexicano
    • Quintana Roo
    • Cancún
    • Playa del Carmen
  • Deporte y Salud
  • Ediciones Anteriores
  • Contacto
  • Otras Revistas del Grupo