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Revista Latitud 21
Marca:

Mirada Empresarial

¿Estamos solos o en malas compañías?

por Latitud21 Redacción 13 enero, 2020

Inna German Gómez

Presidenta del Consejo Coordinador Empresarial del Caribe

presidencia@ccedelcaribe.com

Mi abuela materna, una sabia mujer que murió a los 103 años, siempre usaba los famosos refranes: “Dime con quién andas y te diré quién eres” o la típica “El que con lobos anda, a aullar se enseña“; esta última frase en mi mente infantil donde la información se entiende de manera literal, se traducía en: “Mami, yo quiero andar con lobos”. 

Hoy, al paso de los años, sigo diciendo lo mismo. En la connotación positiva de querer estar con gente que me enseñe a ser mejor, que me ayude a potenciar mis cualidades. Me gustan las pláticas de sobremesa que me reten mentalmente, pero sobre todo estar con gente con valores bien cimentados. 

En las sociedades donde tantas cosas nos definen o encasillan en roles, debemos buscar grupos sociales que generen actitudes virtuosas. Pertenecer a asociaciones de cuidado ambiental, de ayuda social, de apreciación de valores, culturales o deportivas. Lo importante es pertenecer y allegarnos de amigos, socios o clientes con valores. 

No es fácil, pero siendo conscientes y teniendo como objetivo dejar este mundo con aportaciones sobre cuidado del medio ambiente, honestidad, solidaridad y equidad podemos empezar a seleccionar nuestro entorno. También hay que preguntarnos, siendo muy honestos con nosotros mismos, si somos buenas compañías.  

Aquellos que somos padres no nos cansamos de decirle a nuestros hijos adolescentes: “No te dejes llevar por la presión social”, “¿Si alguien se tira al precipicio tú también lo harás?”. Pero muchas veces nosotros nos dejamos llevar por esa presión, nos acercamos a gente nociva únicamente por el beneficio monetario o porque tendremos reconocimiento social.  

Todos los seres humanos tienen motivaciones diferentes, pero la gran mayoría coincidimos con la motivación de pertenecer, lo malo es que la damos por sentada y dejamos que la vida nos acerque circunstancialmente y de pronto nos preguntamos: ¿cómo es que acabé aquí?

Tomar el control es una de las máximas de los centros de ayuda contra adicciones, y es cierto, pocos de nosotros realmente tenemos una planeación de vida. Así que nunca es tarde para cambiar de camino y sobre todo de escoger a nuestros acompañantes en esta nuestra única aventura llamada VIDA. 

Un solo hombre

por NellyG 13 septiembre, 2019

Recientemente fue mi cumpleaños y varios de mis regalos fueron libros; los que me conocen saben mi adicción a la lectura.  Ahora en esta era digital leo no solo libros sino varios artículos que llegan a mis manos. De todos los libros que me regalaron uno llamó mi atención por el título ‘HHhH’, además de un escritor desconocido, Laurent Binet; en la portada se ve una fila de soldados cargando estandartes con la cruz gramada Nazi. Pensé por un segundo: un libro más sobre los nazis; sin embargo, la persona que me lo regaló lo hizo con un comentario: “Es de lo mejor que he leído últimamente”.

Pero en realidad no estoy aquí para hablar del libro en sí, que literariamente resultó una delicia. Estoy para recordar lo que a veces parece que olvidamos: un solo hombre fue capaz de cambiar el destino de miles de personas.

Muchos escritores, psicoanalistas, filósofos, idealistas y simplemente hasta alguien como yo nos hemos preguntado ¿Cómo es posible que un grupo de personas pueda realizar actos tan atroces? No solo fue el holocausto, las guerras, las purgas religiosas o ideológicas. ¿Cómo es que nos permitimos como sociedad llegar a esos extremos?

El poder o el dinero resultan más importantes que dejamos de lado el bien común, la empatía y hasta las decisiones que nos llevan a crear mejores y equitativas sociedades. La verdad, no tengo respuesta que satisfaga esa pregunta.

¿Tanto es nuestro miedo a no pertenecer que preferimos callar? Voy de acuerdo en el miedo real de perder la vida por oponerte a un régimen autoritario, pero si somos más los buenos, ¿qué no deberíamos de contener ese tipo de situaciones? En fin, reflexiones para recordar que a veces los líderes tienen grandes ideas y por eso nos enamoramos de ellos, los seguimos y adoptamos sus pensamientos, llevándolos a acciones que pueden ser o muy positivas o totalmente negativas.

Ha habido grandes líderes a través de la historia, militares y estadistas que han llevado a naciones enteras a cambiar su forma de vida. Enrique VIII cambió el destino de la religión en Inglaterra, Lenin cambió toda una forma social en Rusia, Fidel en Cuba, Hitler en Alemania, Chávez en Venezuela, Bolívar, Juárez… Bueno, ayúdenme a pensar en otros.

Los cambios no son siempre malos, de hecho todos sabemos la frase de que lo único constante es el cambio. Pero deberíamos a estas alturas, después de tantos descalabros, saber seleccionar a nuestros líderes, voltear a mirar a personas que sean íntegras, honestas, pero sobre todo humanas, con un sentido grande de empatía por el prójimo.

Si como humanos aprendiéramos de los errores del pasado, nuestro transitar en la historia hacia el futuro sería para lograr naciones más equitativas, los líderes serian seleccionados por su capacidad para resolver problemas reales y seríamos realmente la especie que cuidara la tierra, promoviendo un enfoque “humanitario”; pongo esta palabra con comillas porque si le preguntamos a un oso polar qué piensa de un ‘humano’ creo que su estima por nosotros es nula y hasta debe pensar que nos estamos autodestruyendo.
Así que recordemos, por favor, lo que un solo hombre es capaz de hacer.<

 

Inna German Gómez

Inna German Gómez, presidenta del Consejo Coordinador Empresarial del Caribe presidencia@ccedelcaribe.com

 

Las nuevas adicciones y grandes negocios

por Redacción 4 junio, 2019

Empezaremos con una pregunta: ¿Alguna vez has jugado Candy crush, Crossfire, League of legens y otros muchos parecidos? Si no lo has hecho, ¡no lo hagas! Si piensas desarrollar uno, ¡sí, hazlo!

Estos juegos son conocidos como ‘Free to play’, es decir, no pagas por descargar el juego y jugar, pero para poder avanzar niveles o conseguir cosas tienes que comprar moneditas, gemitas, manzanitas o cualquier cosa que el desarrollador del juego haya considerado como su moneda de cambio. 

Estos juegos son una maravilla a la hora de recaudación y no es cualquier cosa, estamos hablando que, por ejemplo, Crossfire recaudó 950 mdd el año pasado.

¿Pero qué se necesita para hacer un juego de estos? Además de la plataforma tecnológica debes saber de psicología, simple y sencilla observación de principios básicos del comportamiento humano, solo cambias el escenario en función del grupo objetivo al que quieras llegar. 

Al entrar en esas realidades virtuales puedes ser el mejor, el más rápido, el que más bonita tenga su casa, etc., eso con solo invertir pequeñas cantidades, esto te lleva a la satisfacción primaria de reconocimiento, además te entretienes y sobre todo te da la ilusión de que eres realmente bueno jugando.

Estos juegos han ido evolucionando gracias a la gran cantidad de datos que se obtienen del comportamiento de los usuarios, por ejemplo se puede saber cuántas horas pasa en promedio en el juego, qué edad tiene, qué cantidades está dispuesto a pagar, sexo, ubicación geográfica, etc.

Gracias a la cantidad de datos recaudados, los desarrolladores ofrecen opciones para comprar gemas o potencializadores que van desde los 15 pesos hasta los dos mil pesos.

En su momento pensaba, ¿qué necesidad de poner una cantidad tan baja? Seguro deben perder dinero cuando alguien compra 15 pesos, con los costos inherentes a la transacción como la comisión de la tarjeta, el pago para subir la aplicación y envío de factura; sin embargo, investigando un poco más, la cantidad promedio de las transacciones son de 40 a 100 pesos.

Imagínense en el momento, llevas varios intentos en un nivel ‘difícil’ y te quedaste a un movimiento de pasarlo, te sale la leyenda: “quieres continuar con solo 900 gemitas”; sabes que comprar mil gemitas te cuesta 39 pesos, en ese momento piensas: bueno qué son 40 pesitos, lo de mi café matutino, así que das click y ¡boom! pasas el nivel.

Lo malo de esto es que estarás en esa situación varias veces mientras sigues jugando y varias veces pensarás lo mismo. Si en una semana lo haces 12 veces, que es el promedio que se tiene registrado de transacciones semanales por usuario, estamos hablando de 480 pesos que gastas en el juego.  

Los desarrolladores de aplicaciones tienen que engancharnos porque también saben que el promedio de permanencia en los juegos es de tres meses, así que se les ocurren geniales ideas para provocar recaudaciones en las primeras semanas.  

Asumo que estos juegos son negocios que veremos evolucionar, ya que tienen en sus manos la información de mercado necesaria para mejorar sus productos.

Inna German Gómez
presidencia@ccedelcaribe.com

Aún recuerdo cuando jugaba SIMcity por ahí de finales de los años 90 y pasaba horas construyendo una ciudad con calles derechitas y ecológicamente pensada, me daba una gran satisfacción; pero ahora si quiero energía para mi ciudad me cuesta dinero de verdad, bueno en realidad virtual pero que debo pagar a fin de mes en el estado de cuenta de mi tarjeta…

Mejor me compro mi café matutino, será más productivo para MI negocio. 

¿Y si aprendemos?

por Redacción 13 marzo, 2019

Mirada empresarial

“Podéis llamarlo transformación, metamorfosis, falsedad, traición. Yo lo llamo una educación”: Tara Westover.

Inna German Gomez
presidencia@ccedelcaribe.com

Recientemente terminé de leer un libro en inglés que se llama Educated, de la escritora Tara Westover. Me pareció revelador, lo recomiendo ampliamente. No escribiré aquí una reseña ni les platicaré el libro ya que luego, con calma, ustedes podrán recurrir a internet para cualquier consulta.

Me sirvió para revivir mis cuestionamientos sobre la manera en la que impartimos la ‘educación’ a nuestros jóvenes en México. Como maestra, desde hace ya casi 20 años, me sorprende la forma en que las escuelas, la religión, las costumbres, los prejuicios e incluso hasta la tradición han limitado el proceso creativo de nuestras mentes.  

La educación, en términos simplistas platónicos, se puede plantear en las respuestas a las preguntas que nosotros mismos desarrollamos. Respuestas que vamos construyendo vertical o transversalmente sobre el tema en cuestión, hasta tener un panorama que nos pueda ayudar a sentirnos satisfechos con la información obtenida.

Así que empezaré por preguntar: ¿qué pensaban los maestros cuando dejaron inhabilitadas las vías del tren?

En realidad me gustaría platicar con cualquiera de ellos, entender el porqué de su proceder. Puedo imaginar la desesperación de sus sueldos bajos, el aumento en el costo de vida,  las pocas oportunidades que les brinda el futuro en su crecimiento, y puedo hacer eco con las cientos de frases justificativas que he leído en los medios sobre el tema.

Dentro del desarrollo de mi respuesta también están los temas políticos, la presión a ejercer, el despliegue de poder, la revancha, el seguir ciegamente a líderes que ven poco por los intereses ajenos y mucho por los propios. 

Pero también veo una falta total de educación, ya que detener una vía de comunicación industrial provoca pérdidas económicas grandes a sus usuarios, pérdidas que se traducen en una afectación económica al sector, municipio, estado y hasta al propio país. 

Esta afectación deberá ser compensada reduciendo o cancelando inversiones, despidos, dejando de  consumir… Y bueno, si alguno de esos maestros entiende de economía básica, sabrá que estas consecuencias les afectan también a ellos.

Si la educación en México fuera esa que se adapta a los niños y no al revés, que los niños deben dejar de ser para pertenecer, si los maestros se preocuparan por mejorar sus técnicas de enseñanza provocando un mejor funcionamiento de la experiencia educativa, si las escuelas se preocuparan por pagar más a sus maestros y, finalmente, si la educación no tuviera mordazas sociales pudiendo discutir libremente los temas de los que realmente necesitamos construir respuestas,  estoy segura que este tipo de situaciones no serían parte de nuestra bizarra convivencia mexicana.  

Promueve Unicaribe la cultura emprendedora

por Redacción 1 marzo, 2019

Con el objetivo de incentivar la cultura emprendedora entre el estudiantado de la Universidad del Caribe (Unicaribe), fue inaugurada la Jornada “Anímate a emprender”; donde se impartirán cursos, pláticas y conferencias, a lo largo de dos días.

Al inaugurar la jornada, Pricila Sosa Ferreira, rectora de la Unicaribe, destacó que las tendencias educativas a nivel mundial van hacia incorporar no solamente conocimientos que les permitan insertarse en la vida profesional, sino desarrollar toda las habilidades y competencias para establecer sus propias empresas.

Indicó que con base en su modelo educativo, es muy importante para la Unicaribe que los estudiantes conozcan cuáles son las herramientas con las que deben contar, además de que conozcan experiencias de los egresados de la institución, que han emprendido sus propios negocios.

Por su parte Mauro Felipe Berumen Calderón, jefe del Departamento de Turismo Sustentable, Gastronomía y Hotelería, destacó la importancia de brindar a las y los estudiantes, no sólo los conocimientos y habilidades para insertarse en la industria, sino de las herramientas para emprender su propia empresa, en el momento en que ellos lo decidan.

Inna German Gómez • Érase una vez

por Redacción 20 febrero, 2019

Mirada empresarial

Inna German Gómez
presidencia@ccedelcaribe.com

Érase una vez un hermoso país con bosques, selvas, ríos, montañas y mares. Toda la riqueza que tenía mantenía bien a sus habitantes.

En ese país habitaban hombres azules y rojos, cuando se combinaban entre ellos nacían hombres de diferentes matices de morado, como un hermoso cuadro impresionista de Monet.

Sin embargo, a pesar de esa combinación y esa armonía, los rojos pensaban que los azules tenían muchos privilegios, de hecho así era. Los azules controlaban la economía, el comercio y la política del país, por ende sus posibilidades y oportunidades eran mejores que las que tenían los rojos.

Dentro de los rojos había pensadores que creían en la existencia de una forma diferente de convivir.

Plasmaron sus ideas en papel, creando una hermosa descripción donde todos tuvieran el tipo de comida, vivienda, salud y además compartieran en partes iguales la riqueza, el poder y las oportunidades.

Los azules, a su vez, creían que su forma de vida estaba plenamente justificada y no solo eso, estaban seguros de que así debía ser, estaban cómodos y jamás consideraban que su responsabilidad al tener el control era generar más matices de morado.

Fue pasando el tiempo, los rojos hablaban y hablaban de cómo los azules no los consideraban en sus ideas, los matices de morado se fueron apagando. Los azules se volvían más azules y los rojos más rojos.

Hasta que un día un hombre que era morado decidió tomar las ideas que estaban en ese papel, pensó que era momento de crear ese mundo de cuadro impresionista que se describía.

Para lograrlo revolvió la paleta de colores y desdibujó a los azules, alimentando las frustraciones los rojos muy rojos; murieron muchos azules, también muchos rojos, y morados, y lilas…

Todos y cada uno de ellos pensando que lograrían el cuadro más hermoso nunca visto, justo ese que se describía en el papel, exactamente ese cuadro que cada uno de ellos se imaginó.

Pero el cuadro no se lograba, a unos les gustaba lo que se llevaba, pero a otros no tanto y los rojos pasaron ahora a ser azules y los morados cada vez eran menos. Llegaron nuevos rojos ahora azules y todo regresó al principio de las diferencias.

Si usamos esta parábola veremos que se ha repetido en muchas de nuestras comunidades humanas y sigue repitiéndose, los nombres cambian en el tiempo: romanos, católicos, musulmanes, nobleza, bolcheviques, negros, blancos, judíos, nazis, ricos, pobres.

Encontrar una solución a esta serie de infortunios humanos, ¿será posible?

Lo encuentro difícil, ya que como humanidad estamos en esta trayectoria circular sin cambio, lo seguimos haciendo una y otra y otra vez.

Lo más triste de nuestro caso es que cambiar este curso solo nos costaría tres simples pasos:

Aceptar que SÍ somos diferentes. Dentro de nuestro amplio rango como humanidad tenemos diferencias de raza, religión, clase social, inteligencia, físico, etc.

Aceptar que esas diferencias son como los colores, es decir, me puede gustar mucho un color, pero hacer un cuadro de un solo color, sin matices, evidentemente puede ser hermoso pero siempre estaría limitado a una monotonía.

Aceptar que nuestros privilegios de poder o economía son en realidad una responsabilidad, para evitar que se creen grandes diferencias, para generar bienestar, para educar. Una responsabilidad de cuidar la casa en la que vivimos y a los seres que la habitan.

Simple, ¿verdad?

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