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Revista Latitud 21
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Cuarto de Huéspedes

Poderoso caballero es don Dinero

por Latitud21 Redacción 2 enero, 2017

No deja de llamar la atención que los indicadores bursátiles en los EU hayan registrado tal ascenso a partir de la elección de Trump. Después de que desde la óptica de la política americana e internacional este hecho presagiaba un gran desastre, en lo económico (al menos en lo que hace a los mercados financieros) parece que se vive un estado de jauja.

Lo primero que viene a la mente es que se trata de un desencuentro (obvio) entre lo político y lo económico, en donde, como parece ser una nueva realidad, lo económico va ganando la partida. Una nueva expresión del dominio del capital sobre el poder democrático. Y quizás un preludio de lo que podría acabar pasando con el tan mentado TLC.

Constantemente sale a la conversación esta hipótesis que para algunos es algo así como ciencia ficción, de que en realidad son las empresas transnacionales quienes determinan el destino de la humanidad. Al respecto, en su edición de septiembre, la revista The Economist publicó un reporte especial titulado In the shadow of giants, en el que analiza a esas grandes corporaciones y estudia diferentes facetas de una serie de características que las distinguen.

Inicia muy pertinentemente evocando a Roosevelt, que en 1910 declarara que ese país (los EU) fundado en el principio de la igualdad de oportunidades estaba en peligro de convertirse en una tierra de privilegios corporativos de grandes corporaciones y monopolios, procediendo a desafiarlas, amenazándolas con mantenerlas bajo control, en beneficio del bien común. Si bien es cierto que las empresas ahora son bien diferentes a las de aquel entonces, hay algo que sigue siendo igualmente preocupante, dado que solo en los Estados Unidos el porcentaje del PIB que concentran las 100 más grandes corporaciones de la lista de Forbes subió de 33% en 1994 a 46% en 2013. Y si hablamos de las 500 más grandes, la cifra se eleva al 63%.

En otro artículo que forma parte de este reporte especial, llamado Downsides: The dark arts se analiza aquello a que se denomina Darker arts of management, que consiste en los nuevos instintos competitivos que buscan, por un lado, pagar la menor cantidad de impuestos posible y, por el otro, convencer a gobiernos y otros actores para ganar ventaja sobre los rivales. Lo primero a través de la utilización de mecanismos ‘off shore’ o Fondos de Inversión y lo segundo a través del despliegue de una impresionante red de cabilderos y reclutando a destacados insiders de Washington que han ocupado importantes cargos en las administraciones gubernamentales. Tal es el caso de Jay Carney, exsecretario de Prensa de Obama que ahora labora en Amazon, y David Plouffe, un exmanejador de su campaña que lo hace en Uber.

Y las ambiciones con las que las corporaciones están usando el cabildeo han cambiado a través de los años y van creciendo. Este tipo de contrataciones no solo implican que grandes compañías llegan a tener acceso a aquello conocido como past policymaking, sino que también les permite tener influencia sobre políticos activos que probablemente seguirán el mismo camino.

El artículo habla acerca de cómo las compañías de tecnología que parecen estar ganando mucho poder también están usando a su favor el hecho de que los productos tecnológicos crean hábitos que pueden acabar dictando todo tipo de comportamientos en los consumidores. Y es que, nos dice, miles de millones de personas cargan consigo lo que se podría denominar un “persuasor oculto” (dispositivo móvil) que permite a estos mastodontes globales monitorear el comportamiento de las personas e influir en sus preferencias. El artículo menciona para ilustrar el punto aquellas declaraciones de Eric Schmidt, Chairman de Alphabet, la controladora de Google: “Sabemos quién eres, dónde estás, en dónde has estado y más o menos conocemos cómo piensas”.

Ahora bien, en el caso de su influencia en las decisiones gubernamentales, vale la pena leer el artículo publicado por The Guardian titulado The truth about lobbying: 10 ways big business control governments (https://www.theguardian.com/politics/2014/mar/12/lobbying-10-ways-corprations-influence-government), el cual contiene un decálogo que siguen muchos lobbyistas.

Ya retomaremos el tema, asomándonos a un mundo muy revelador sobre los permanentes intentos (y logros) de los gigantes corporativos para manipular a la gente y controlar  a los gobiernos.

 

El futuro con Donald Trump

por Latitud21 Redacción 2 enero, 2017

En la excelente serie televisiva Drunk History, en el capítulo del Eclipse de Colón, que es comentado por la divertidísima Mariana H, hay un momento en donde Colón amenaza a los indígenas de la isla diciendo que si no le comparten comida van a saltar los delfines, se va a caer el mundo y hasta no va a existir el reggae; en lo personal, siempre que me encuentro en una situación de duda o de escenarios inciertos le incluyo que además de lo que Mariana H dice que dijo Colón, seguro bajan los marcianos y nos comen, o se aparecen los zombis y atacan a todos, más todo lo que cualquiera de nosotros le quiera inventar.

Así me imagino que estamos todos en México, más nuestros connacionales, día con día, con las noticias de lo que va a hacer o no nuestro, buen y ya principal, enemigo Trump cuando tome posesión este 20 de enero como presidente de los EU. Nos trae como pericos a toallazos, si no es el muro es el TLCAN, si no ahora cambió por dinamitar el TPP, y mañana quién sabe qué más invente. Que nos van a colonizar, fumigar o en el peor de los casos se va a pelear con todo el mundo y seguro se agarran todos a botonazos nucleares y ya nos llevó el pintor a todos en el planeta Tierra y ya ni de qué preocuparnos pa´l futuro.

Ante este escenario, lo único que nos queda es tener un poco de esperanza en que la mitad de lo que dice no lo va a poder concretar. No es tan fácil. En Estados Unidos hay una serie de grandes contrapesos que, esperemos, no le permitan moverse tan rápido, además hay intereses económicos enormes que pueden crear una serie de barreras para lograr sus dichos, aunado a que los problemas internos y los internacionales pueden hacer que sus prioridades cambien. A menos que de plano nos agarre de pretexto y busque realmente dinamitar la relación para abrir un frente de guerra comercial y de inmigrantes, lo que le daría la razón a George Friedman en su libro Los próximos cien años, de tener una guerra entre los EU y México, pero se estaría adelantando. Bajo esa óptica, la rebelión de los alcaldes de las ciudades santuario sería el antecedente histórico.

En los últimos días he estado escuchando la radio de los Estados Unidos, los pleitos internos están muy complejos, hay un verdadero enfrentamiento verbal e ideológico, connatos de broncas en cada esquina, manifestaciones y quejas juveniles, es de magnitudes que no se están dimensionando y Trump, al parecer, sigue sin entender que la campaña ya terminó y que este problema interno le puede generar crisis mayores que se le pueden salir de las manos. Si esto llega a suceder, obvio que los enemigos externos (no nosotros) van a aprovechar esa inestabilidad para golpearlo tanto externamente como hasta de manera interna, y no la va a tener fácil. Esto por supuesto además de que no olvidemos que adentro de los Estados Unidos también hay fuerzas extremadamente poderosas, que en los primeros meses lo van a querer medir de una manera muy firme para poder definir sus límites de poder, incluyendo a los mismos republicanos que él se cansó de golpear en la campaña.

Además, en la radio entrevistaron a la directora del Presupuesto Federal de los EU y decía que todo lo que mencionaba Trump se podría hacer, siempre y cuando hubiera dinero; hoy no lo tienen, por los problemas del déficit y la deuda, que por cierto es la más grande de todo el mundo.

Esto no implica que ya con esto debamos de dejar de preocuparnos, no, al contrario, debemos de ocuparnos y tratar de estar unidos todos para que cuando vengan los embates reaccionemos con congruencia y confianza, no como acostumbramos, nos pegan y me subo a ese golpe para ver qué saco. Lo malo es que cuando todo esto empiece a pasar el próximo año, en México vamos a estar en pleno proceso electoral de la elección del 2017, que es el laboratorio de las elecciones del 2018, lo que significa que vamos a estar en campaña presidencial de dos años dándonos hasta con la cubeta, a lo que habría que sumarle los madrazos que se puedan generar de la inestabilidad del primer año de Trump.

Bajo esa lógica se nos va a desatar un infiernito, pero no por Trump y sus locuras sino por las propias locuras inventadas por los necios enemigos de México, además de que siempre seguimos los malos ejemplos y no va a faltar aquel candidato que, ya encarrerado el camión, quiera copiar la estrategia de odio y confrontación de la campaña de Trump, lo que sí se convertiría en un problema para generar unión y confianza ante un panorama geopolítico muy complejo.

Considero que deberíamos de definir una estrategia de relación, tanto diplomática cómo comercial, bien clara y definida. Ya estamos en posición de poder hacerlo, México tiene mejor posición geográfica y geopolítica que Estados Unidos, ya somos una potencia que valemos por nosotros mismos, es hora de tomar el liderazgo que corresponde a nuestra grandeza.

 

 

 

 

2017, Año del Turismo Sustentable

por Latitud21 Redacción 1 diciembre, 2016

Ya hemos hablado que en septiembre de 2015 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) lanzó la nueva Agenda de Desarrollo al 2030, representada en los Objetivos del Desarrollo Sustentable, un marco para alcanzar bienestar en el mundo en el largo plazo. He de comentarles que ese mismo año, justo un mes después, la misma ONU declaró el año 2017 como el Año Internacional del Turismo Sostenible para el Desarrollo, reconociendo la importancia de esta actividad y sobre todo el papel que puede jugar en la conservación y el desarrollo social.

Pero, ¿por qué es importante que el próximo año la ONU y sus miembros (incluyendo México, por supuesto) lo dediquen a la sustentabilidad en el turismo? Bueno, es un reflejo de la necesidad de hacer un turismo más responsable, más justo, más equitativo y con beneficios para todos los sectores de la población.

Y esto no es poca cosa, en especial en un estado como Quintana Roo; las oportunidades que gobierno, pero en especial empresas, tienen el próximo año para cambiar sus prácticas, para avanzar en la sustentabilidad, para consolidar sus programas de responsabilidad social, y en especial para hacer una comunicación efectiva de sus acciones, están a la vuelta de la esquina.

Y no sé si ustedes ya están preparados para ello. ¿Ya tienen información sobre las celebraciones? ¿Ya han sensibilizado a sus colaboradores al respecto? ¿Ya apostaron por tener una certificación que les permita mejorar sus prácticas y medirse con los mejores? ¿Ya participan en programas de inversión e innovación social? ¿Ya tienen pensado cómo comunicar a sus clientes sus acciones en sustentabilidad?

Si es así, felicidades. Seguramente serán empresas que en el 2017 sobresaldrán del resto, y lograrán demostrar que existe un importante compromiso por seguir avanzando en lo económico, siempre de la mano de la conservación y el desarrollo social.

Si no están listos, o si no tenían información de esta importante celebración que durará todo el 2017, tal vez deberían cuestionarse si la gestión de la sustentabilidad  realmente la están llevando a cabo de forma adecuada, y si sus departamentos de medio ambiente o sustentabilidad están siendo realmente estratégicos para la toma de decisiones. Porque tener un departamento que se encargue de resolvernos los temas legales ambientales, y que gestione permisos, no es más que la base de lo que debiera ser un área especializada y del más alto perfil.

Sé que muchas empresas trabajan fuerte por el cumplimiento de las acciones legales y se preocupan por llevar su gestión ambiental en regla, e incluso optar por certificaciones de las autoridades para cumplir estos requisitos; pero les tengo una mala noticia, si eso no lo acompañan de estrategia, si no van más allá de la ley, si no trabajan por su comunidad, si no generan proyectos transformadores, si no compran local o regional, si no buscan alternativas a su energía u otros insumos, y si no comunican, se están quedando muy muy atrás de la tendencia, y de otros que son líderes en el tema.

Y si la tendencia, en especial 2017, viene avanzando hacia un lado, más vale alinearse o de plano nos podemos quedar en el camino y ver cómo los demás aprovechan estas oportunidades y sobresalen.

La economía compartida, ¿en la mira?

por Latitud21 Redacción 1 diciembre, 2016

 

Ya antes nos ocupamos de algunos temas relacionados con la reconfiguración económica que nos toca vivir. Cambios fundamentales en la forma de producir o de comercializar bienes y servicios, entre los que destaca la irrupción de la innovación tecnológica que permite a cualquier persona concurrir al mercado con la utilización de su teléfono móvil. Es el caso de la Economía Compartida (o colaborativa), en la cual las personas pueden ofrecer sus servicios o compartir sus bienes a cambio de un pago determinado, utilizando diversas plataformas construidas por ingeniosos e innovadores emprendedores que se han vuelto multimillonarios en tan solo unos años.

Uber, Airbnb, FlightCar o NowiStar son algunos ejemplos de empresas que valen miles de millones de dólares, sin tener prácticamente ningún activo más allá de la plataforma que utilizan sus usuarios. Rentar una habitación de la casa a través de Airbnb u ocuparse unas horas como chofer de Uber un día cualquiera, o rentar el auto mientras salen de viaje, vía FlightCar, o promover sus servicios personales a través de NowiStar permiten a millones de personas generar ingresos adicionales importantes, ‘compartiendo’ sus activos, habilidades o talento.

Todos estos esquemas o modalidades de trabajo o ingreso tienden a ocupar un espacio proporcionalmente cada vez más importante en la economía formal e informal, dado que reducen costos de transacción, permiten la mayor rentabilidad de activos poco utilizados, fomentan esquemas de confianza basados en la reputación y propician las relaciones humanas, en grandes escalas. No se trata de esquemas como el tradicional Bed and Breakfast en donde solo unas cuantas propiedades participan, sino un esquema disponible para cientos de miles o millones de propietarios.

Esquemas de comercialización que han empezado a causar mucho más que escozor entre empresas establecidas o autoridades regulatorias (y recaudadoras), al distorsionar mercados y generar lo que para algunos es claramente una competencia desleal y cierta evasión en el pago de impuestos por la generación de ingresos.

En el caso de Airbnb somos testigos de las protestas que encabezan los hoteleros en varios países, quejándose de dicha competencia desleal, al no estar sometida a las regulaciones que sí deben cumplir los hoteles registrados como tales. Rentar un departamento en Nueva York puede resultar más barato (y probablemente más cómodo y confortable) que una habitación en la Gran Manzana, y generar a su dueño ingresos significativos sobre los cuales quizás no participa el fisco municipal, estatal o federal.

A tal grado llegaron las cosas en ese estado de la Unión Americana, que el 21 de octubre pasado el gobernador Andrew Cuomo firmó la Ley S6340A que establece que “se prohíbe anunciar el uso de unidades habitacionales en edificios de habitaciones múltiples clase A para otros fines que no sean residencia permanente”. Es decir, se vuelve ilegal rentar departamentos ocupados por menos de 30 días mediante plataformas de economía compartida como Airbnb. Quienes violen esta medida enfrentan una multa de mil dólares por una primera ofensa y de cinco mil a siete mil 500 por las siguientes.

La empresa Airbnb obviamente se opuso a esta medida, invirtiendo 10 mdd en una campaña para evitar su votación y posteriormente para promover el veto del gobernador Andrew Cuomo. Sin embargo, el Congreso estatal votó con una mayoría de 56 a 6 su aprobación. Airbnb señala que pugnará en tribunales la constitucionalidad de esta ley.

Nueva York es uno de los mercados más importantes para Airbnb; en agosto de 2016, antes de que se generara todo este debate, había hasta 45 mil ofertas en la plataforma.

La Ley resulta controversial, no solo por ser un límite a las economías compartidas, que parecían augurar una nueva etapa de prosperidad para gente que accede a nuevas oportunidades, sino porque Nueva York posee un mercado de vivienda relativamente rígido con altos precios. Airbnb se convirtió en una fuente alternativa de ingresos para las clases medias en esta ciudad donde el hospedaje tiene precios elevados.

Las preguntas son: ¿Cómo debemos avanzar para conciliar puntos de vista y lograr que la economía compartida sea lo que originalmente pareció ser y no una suma de prácticas disruptivas y propiciatorias de economía informal y elusión fiscal? ¿Cómo poner a la economía colaborativa en la mira, pero para enriquecer las oportunidades y no restringirlas? Deberemos dedicar mucho más análisis al tema.

 

 

Las lecciones de Trump

por Latitud21 Redacción 1 diciembre, 2016

Y  ganó Trump. Así como ganó el Brexit, así como ganó Jimmy Morales, un actor, en Guatemala, o como acaba de ganar Daniel Ortega la Presidencia de Nicaragua y su esposa como vicepresidenta, o como perdió la Paz en Colombia. ¿Será que el mundo está loco o los votantes se están poniendo de acuerdo para ir contra el sistema?

Volvió a suceder, no se cumplieron los pronósticos, las encuestas fallaron y ganó Trump. Todos están noqueados, infartados, empezando por los Clinton, los hispanos, las mujeres, los inmigrantes, y, por supuesto, los mexicanos; ciudadanos, actores, líderes de opinión, analistas, todos fuera de sí. Era curioso ver a todos los comentaristas de la televisión mexicana con las caras desencajadas al ver cómo las votaciones perfilaban la presidencia de Trump. Nadie creía lo que estaba viendo. Nadie la vio venir y pasó lo que se venía repitiendo desde hace casi más de un año, en todo el mundo, movimientos nacionalistas en contra del establishment.

Actuamos con el hígado, se perdió la cordura, todo se criticó, se armaron campañas, anuncios para mentarle la madre a Trump como candidato, etc. Todos jugamos a la campaña de Estados Unidos aun cuando no somos estadounidenses y no entendemos la lógica del pobre estadounidense que ya no le alcanza para lograr el sueño americano; todo ayudó y ahí está el resultado. De hecho, los mexicanos actuamos contra la candidatura de Trump como nunca se ha hecho, ni siquiera para una campaña nacional. ¿Y ahora qué?

Por suerte, los gringos tienen una frase muy representativa que puede ayudar en este momento, “lo que pasó en las Vegas, se queda en las Vegas”, lo que pasó en campaña se queda en campaña, y esto lo trató de demostrar en su discurso de aceptación del resultado, ya no es el Trump explosivo, ya leyó todo el discurso, finalmente ya es el presidente número 45 de los Estados Unidos de América. De todos modos el mundo está preocupado, un ejemplo de ello son las declaraciones del presidente Hollande de Francia.

A pesar de haber ganado la Presidencia y la mayoría en el Senado y en la Casa de Representantes y tener 30 gobernadores, hay que hacer notar que el Partido Republicano está totalmente dividido, y es seguro que los mismos republicanos (que cabe mencionar que son los primeros y los más lastimados por Trump) lo van a acotar, lo van a encadenar y digamos que no va a ser una presidencia fácil. En conjunto con los demócratas pueden terminar haciéndole la vida imposible. Recordemos el famoso shut down que los republicanos le propinaron a Obama y que el gobierno estuvo tres días sin operar. En nuestro caso le pasó a Fox, al final no pudo con la burocracia, dobló las manos, allá puede suceder lo mismo.

El caso va a ser muy anecdótico, y de nuevo en México nos equivocamos; decían: si gana Clinton, gana Margarita, si gana Trump gana AMLO. ¡Ahhh! Nosotros siempre viendo las cosas fáciles. Si queremos hacer la verdadera comparación del caso de Trump en México, técnicamente sería como si Carlos Slim iniciara una campaña para ser presidente, se lanzara a la calle a llamar a los pobres a votar en contra del sistema y mentara madres en contra de la pobreza diciendo que él va a hacer a México grande, y todos votaran por él, esa es la verdadera comparación, un empresario millonario que explota a los trabajadores (hablo de Trump), comportándose como millennial, en contra de todo, y que gana la mayoría de los votos. Esa es la verdadera comparación.

La situación va a ser compleja por otras muchas razones, y eso es lo que no se alcanzó a ver; con Hillary o con Trump el tema es igual, Estados Unidos pasa por malos momentos y debe de revisar su modelo económico, la ambición de sus empresas; los poderes económicos y los políticos no han creado el bienestar para la población, están cerrados pensando que siguen siendo los dueños del mundo y ya no es así, con eso va a lidiar Trump y desde la óptica republicana siempre lo han resuelto a través de guerras y la industria armamentista, y eso es lo que nos debe de preocupar más.

En nuestro caso la relación con los republicanos nunca ha sido fácil, recordemos la era de Reagan y hasta la misma de los Bush, son americanos, blancos, racistas y les gusta echar bala.

Dentro de todo hay otras cosas de qué preocuparnos, la legalización de la mariguana, por ejemplo, es todo un tema ya no de prohibición sino de factores económicos.

Solo nos queda dejar de echarle la culpa a otros de nuestros problemas, trabajar con una nueva ética para eliminar la corrupción, impulsar un pacto de unión entre todos y trabajar para reforzar nuestro mercado interno. Fácil, ¿no?

 

Presupuesto turístico

por Latitud21 Redacción 1 noviembre, 2016

¡Cuidado! Es la única exportación a prueba de ‘muros’.

Mi muy estimado Chucho Silva Herzog suele decir que debió haber sido secretario de Turismo antes de serlo de Hacienda y Crédito Público, pues habría entendido mejor las importantes razones que existen para apoyar con más presupuesto al sector turístico, que tradicionalmente  navega contracorriente en los temas de recursos públicos.

Quienes fuimos secretarios de Turismo vivimos la difícil experiencia de batallar contra los responsables de la Hacienda Pública, para hacerles entender que el turismo no se produce por una especia de generación espontánea, como bien lo dijo Francisco Madrid recientemente en un artículo de El Universal, sino que depende en buena medida de un amplio conjunto de políticas públicas que requieren, al igual que otras, de recursos financieros públicos. El colmo de los colmos en cuanto a ignorancia sobre el tema lo vivió el sector turístico cuando Felipe Calderón planteó la idea de terminar con la misma Secretaría de Turismo. A ese grado puede llegar la miopía de quienes toman las decisiones más importantes para el turismo en el país.

Miopía que espero sea temporal en el caso del actual gobierno de la República o que por lo menos no contagie al Poder Legislativo al elaborarse el presupuesto definitivo para el 2017. Me explico. En el Proyecto de Presupuesto para 2017 se plantea una reducción de 32.9% frente al presupuesto 2016 y de 52.3% si lo comparamos con el solicitado para 2015, reducción que, además, se concentra en los recursos que se transfieren a los estados.

Entiendo las razones para hacer un ajuste presupuestal de estas proporciones. Comprendo bien que la estabilidad macroeconómica depende en buena medida del equilibrio en las finanzas públicas. Soy consciente de las consecuencias que en otros tiempos de irresponsabilidad financiera hemos vivido como país y los costos que deben pagar los más pobres ante un escenario de inflación descontrolada.

Lo que no puedo entender es la desproporción en las cifras de gasto público cuando se habla de un sector que genera el 8.5% del PIB y que podría generar en 2017 más de 20 mmdd para nuestra lastimada balanza de pagos, la cual nos muestra que mientras la petrolera es deficitaria ya en alrededor de 10 mmdd, la turística es superavitaria en más de cinco mil.

Un sector que emplea a 3.5 millones de personas y al mayor número de jóvenes (de esos que ante la falta de oportunidades son cooptados por el crimen organizado), y que es el segundo empleador de mujeres. Un sector en el que se genera la única exportación que se salva de cualquier muro fronterizo o medida proteccionista. Podrá impedirse el paso de un huacal de naranjas a los EU, pero no detenerse a la familia que viajará a Cancún a beberse un delicioso vaso de jugo de naranja contemplando el incomparable azul del Mar Caribe.

Es cierto que la actividad turística no se realiza directamente debido a la acción del presupuesto que se asigna a la Sectur y que, en ese sentido, probablemente impacta más el presupuesto de la SCT en infraestructura carretera, portuaria o aeroportuaria o el destinado a garantizar la seguridad en los destinos turísticos, o la que facilita los trámites de Migración o aduanas. Pero el presupuesto del sector se vuelve estratégico cuando se destina precisamente a la promoción de nuestro país en el exterior o a transferir recursos a los estados precisamente para afinar y fortalecer los atractivos de los destinos turísticos, como por ejemplo los Pueblos Mágicos (cuyo presupuesto sufre una disminución de más del 70%).

Asimismo,  algo que se ha vuelto mi obsesión es la imperiosa necesidad de lograr aumentar el gasto promedio por turista que nos visita, y esto se logra solo mediante el desarrollo de producto turístico, como el programa de Pueblos Mágicos (¡el más afectado!), que nos hacen un destino único en comparación con otros.

Situaciones como ésta deben forzar a la imaginación y creatividad. No tengo idea de lo que en cuanto a promoción piensa hacer Lourdes Behró, y más vale que sea algo de gran visión pues los problemas de imagen pueden lastimar seriamente al turismo. Haga lo que haga, me imagino que fortalecerá fórmulas que permitan convocar y concertar a otros participantes, cosa que hoy sucede tímidamente. Y en cuanto a recursos disponibles desaprovechados, Enrique de la Madrid deberá echar un ojo a los provenientes del Impuesto al Hospedaje, al DNI y a otras fuentes como las que se utilizan en otros países. A eso lo obligará el hecho de que presupuestalmente el monto para Turismo propuesto para 2017 sea menor al 0.10% del presupuesto de egresos total. Esa es la penosa realidad.

 

 

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