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Crónica de Europa Parte I

por NellyG 1 diciembre, 2022

Además de contarle a mis ocho lectores de mis andanzas por el Viejo Continente, trataré de hacer cabal referencia a empresas y personas que nos hicieron posible y feliz la experiencia. Quiero empezar por reconocer a Best Day; particularmente al joven Jesús Aranda y por supuesto a mi gran amigo, Julián Balbuena. Gracias a ellos, pude conseguir algunos de los hoteles y vuelos siempre a buenos precios; es muy placentero llegar a los alojamientos y que siempre esté tu habitación sin contratiempos, ¡muchas gracias!

Reservamos nuestro primer vuelo en Air Canada, con rumbo a París, vía Montreal. Sobra decir que lo único incómodo de ir a Europa son las consabidas 10 horas en esos cada vez más estrechos aviones, pero bueno, es el precio que hay que pagar para llegar allá.

Finalmente pudimos ponernos horizontales en el muy cómodo Hotel Marceau, muy próximo a la emblemática avenida Champs Elysees y a unos pasos del Arco del Triunfo.

Luego de tres merecidas horas de placentero sueño y aún con los estragos del cambio de horario, dirigimos nuestros pasos al primer Brasserie que encontramos; justamente también de nombre Marceau, para degustar los primeros Escargot’s del viaje, simplemente deliciosos, como sólo los franceses saben hacer; luego un Boeuf Bourguignon, que debe su nombre a sus dos principales ingredientes: carne y vino; ambos emblemáticos de Borgoña, exquisito, acompañados de unas copas de Cote Du Rhone. Ahora sí empezaba la vacación y Alice empezaría junto conmigo la dieta mediterránea, en la que no falta el vino.

Siempre es un placer regresar a la Ciudad Luz y visitar la Torre Eiffel, la catedral de Notre Dame, Los Inválidos y por supuesto el Louvre; aunque debo reconocer que esta vez, sólo por fuera, almorzar un Entrecote y Frits, muchas frits con más vino francés.

La escala en París era casi técnica, dos noches, para reponernos del viaje y continuar hacia Praga.

De la capital checa escuchamos recientemente decir que existen ciudades bellas, ciudades obscenamente bellas y Praga, y es verdad; aunque guardaré esta frase para retomarla en la tercera entrega de esta crónica, con referencia a otra ciudad de la que ya les contaré. Lo que es un hecho es que resulta impactante encontrarte de frente con esas fachadas de arquitectura romanesca, gótica, barroca, rococó, de casi 10 siglos de historia. En esta ciudad histórica, lugar de múltiples acontecimientos y también sufrimientos, como la dictadura comunista y la represión, resulta sobrecogedor atestiguar las vistas del río; uno de los castillos más grandes de Europa, si no el que más; su impresionante catedral gótica y por su puesto el famoso y emblemático reloj astronómico de Praga; todo rodeado de fachadas y más fachadas como salidas de un cuento.

A pesar del frío, cerca de 11 grados, hicimos la expedición guiada a pie por toda la ciudad, que concluye con un paseíllo en barca por el río; ¡maravillosa experiencia! No así la comida, que francamente no nos gustó y en tales circunstancias cenamos dos de nuestras tres noches en un restaurante indio, que no hindú, porque lo último se refiere a la religión y lo primero al gentilicio; en donde nos dimos vuelo con los currys y la cerveza checa; esa sí muy buena.

La tercera noche la reservamos para una experiencia de lo más recomendable, una cena con concierto de Mozart. Se trata de una pequeña selección de óperas del gran compositor que pasó varios años de su vida en Praga; un fragmento de Las Bodas de Fígaro, otro de La Flauta Mágica y algunas Arias, con un quinteto de cuerdas y las mágicas voces de un barítono y una soprano, nos hicieron una noche mágica, en el balcón privado del hermoso teatro del Gran Hotel Bohemia, construido en 1927; una experiencia sublime.

Luego de la hermosa Praga y su fascinante historia, emprendimos nuestros pasos hacia Bélgica.

Al cabo de un vuelo de una hora con 40 minutos, en Air Brussels, aterrizamos en Bruselas, para hospedarnos en el súper cómodo y bien ubicado hotel NH Collection, gracias a la recomendación de mi buen amigo Alex de Brouwer; belga, por cierto.

Apenas llegamos al hotel, dejamos las maletas y nos dirigimos al Grimbergen Café, un restaurante a unos pasos del hotel, para probar los clásicos mejillones con ajo, acompañados de las infaltables frites (papas a la francesa), que en Bélgica parecen ser el deporte nacional; y como complemento, la especialidad de la casa y de Bruselas: una Carbonada Flamenca, una carne a la cerveza obscura en cocción lenta.

Al día siguiente, luego de maravillarnos con la Grand Place de Bruselas y su magnificente arquitectura, en donde te quieres hacer todas las fotos del mundo, terminamos la caminata en el Bier Central Café, un lugar que además de bonito, tiene un menú de 333 cervezas. Lógico que apenas pude probar tres o cuatro de ellas, pero en ese magnífico marco cervecero, preparé para Alice y para mí nuestro propio tartar filet américain (si alguno de mis ocho lectores quiere el video de esta experiencia, me lo pide y se lo comparto con gusto) … Al final me compré la Enciclopedia de las Cervezas de Bélgica, por 9 euros.

En toda Europa, caminar es lo usual, lo más práctico y lo de moda, pero en Bruselas es una delicia. Además de que la gente es cálida y amable, como lo fue una joven que al vernos con el mapa en la mano, no sólo nos ofreció ayuda, sino que nos llevó hasta el sitio donde se encuentra la famosa estatuilla del Manneken Pis (hombrecillo que orina) y sobre la que giran diversas leyendas, entre ellas, la de que en el siglo XIV, Bruselas fue atacada por enemigos y cuando estos colocaban pólvora bajo las murallas para hacerla volar, un niño llamado Julián vio la mecha a tiempo y la apagó orinando, y es por ello considerado un héroe.

Esa es simplemente leyenda, como hay otras en torno a la estatuilla que está colocada ahí desde el año 1618 o 1619, y que es mucho más pequeña de lo que uno imagina, mide apenas 65.5 centímetros, situada en el centro histórico de esta hermosa ciudad.

Nuestro tercer día lo dedicamos a Brujas, y es aquí donde empiezan las conjeturas y las dudas para decidir si es más bella o no que Praga; vaya predicamento…

Luego de un cómodo viaje de una hora en tren desde Bruselas, llegamos a Brujas y al salir de la estación no sabíamos lo que nos deparaba el destino; tomamos un taxi abierto en forma de triciclo híbrido de pedales, conducido por una guapa señorita inglesa, que originalmente me dijo que el viaje al centro sería de 14 euros.

Al llegar a la gran plaza de Brujas, quedamos atónitos, impactados; la arquitectura gótica y los colores se nos venían encima. Al final descubrí que la inglesita me cobró 22 euros; en fin, taxista.

La Grote Markt o Plaza Mayor se caracteriza por su arquitectura gótica y sus edificios medievales, rodeados por canales que hacen de esta mágica ciudad una pequeña Venecia, que podría inspirar los más dulces cuentos de hadas o de romances.

La dieta se limita a chocolates; eso sí, los más ricos, papas fritas y buenas cervezas, pero a las cámaras les falta espacio para la cantidad de fotografías obligadas en este mágico rincón de Europa. Aún no sé si me decanto más por Brujas que por Praga, aunque me parece que esta pequeña ciudad de canales románticos, en donde se habla flamenco (holandés-belga), va ganando la contienda.

Al siguiente día partimos en avión hacia Lyon, para iniciar un recorrido por el sur de Francia, pero eso, se los dejo para la siguiente parte.

Empresarios marchando juntos

por NellyG 1 diciembre, 2022

 

 

¿No están ya hartos de oír o leer tanto sobre la marcha? Y ahora viene lo de la marcha de este próximo domingo. Pues la verdad pueden correr ríos de tinta o bytes hablando de los post en redes, pero eso no cambia el hecho de que hay que acotar algunos cambios de esa reforma electoral.  Como todo lo que sucede últimamente en los escritorios de la 4T, hay cosas positivas, pero otras muy retrógradas.

En la polarización que está viviendo nuestro país, parece ahora que ser empresarios es peor que ser narco. Una profesión que se ha estado señalando con términos poco halagadores; sin embargo, dentro de todos los errores que tiene el sistema capitalista, no imagino que el rumbo de un país se establezca sin la participación de las empresas y, por ende, de los empresarios.

En los países donde se ha forzado el cierre de empresas se genera pobreza y retroceso; para muestra, Cuba y Venezuela (menciono esos porque nos quedan cerquita). Siento que los grandes empresarios de México están a la expectativa de los acontecimientos, mientras que los pequeños nos estamos volviendo locos por cubrir los trámites o requisitos que casualmente se están gestando en las dependencias. ¿Qué empresario no ha tenido problemas con el SAT últimamente, y no me refiero a auditorías, sino a simples trámites? Parece ser que no quieren que paguemos impuestos.

Últimamente han dejado de escuchar a las pequeñas y medianas empresas; tenemos tantas ideas que aportar, pero poco tiempo para involucrarnos en los canales donde aparentemente podríamos presentarlas.

¿Por qué nuestros diputados no organizan foros y buscan a los empresarios? Siempre salen a hacer recorridos para obtener votos, pero por lo menos a mí no me ha tocado que en mi distrito se acerquen con los pequeños negocios. Si lo hicieran, podrían analizar cómo mejorar la experiencia de los empresarios en las dependencias gubernamentales; esto aplica tanto a nivel local como federal.

Dentro de los grandes males del capitalismo rampante, que ha llevado a que florezca la semilla de la negatividad hacia los empresarios, existen bondades que hacen que muchos quieran migrar a Estados Unidos, el país más capitalista. Si copiamos las ideas de participación conjunta entre gobierno y empresas; obvio, sin perder la línea del regulador (gobierno) y del productor (empresa) -tenemos claro que los gobiernos NO deben ser empresarios. Ya hay muchos ejemplos fallidos de que no son los más hábiles; para muestra, PEMEX-, podríamos generar un país mucho más próspero.

Así que dejemos de estar pensando en tu marcha o mi marcha… ¿Qué tal mejor una marcha? Hasta por zoom la logramos, para establecer acuerdos mejorando los procesos regulatorios y facilitándole la vida a las empresas para que cada día muchos más se animen a volverse empresarios.

 

 

Comercio exterior en Quintana Roo

por ahernandez@latitud21.com.mx 1 diciembre, 2022
  • Entre empresarios
  • Sergio León
  • CEO de Impoexporta
  • Twitter: @oigres14

 

Desde los inicios de la historia de nuestro Quintana Roo, ha sido una entidad que, por la distancia del centro y el norte del país, tiene una vocación de comercio exterior para la importación de los insumos que se requieren para este gran destino turístico; no sólo para el área de construcción, también para alimentación y bebidas alcohólicas y no alcohólicas, los cuales provienen de diferentes latitudes de nuestro continente, Europa y Asia. Muchas veces, aunque lo vivimos a diario, no nos percatamos de este fenómeno. 

A partir de los años 90 se benefició a nuestro estado con un programa de reducción de impuestos a la importación y de IVA, provocando un gran desarrollo de las importaciones, y por ende, de productos que en el interior de la república no se veían, por los altos aranceles y el Impuesto al Valor Agregado que se pagaban. Y aunque las circunstancias han cambiado y los beneficios casi están homologados en todo el país, ya dejó una cultura del comercio exterior que supera a la mayor parte de los estados.

Esto permitió el desarrollo de Puerto Progreso, Yucatán; su conectividad marítima, así como la de nuestro aeropuerto permiten utilizar las rutas para la carga aérea y de mensajería internacional, que compite sólo con CDMX.

Sin embargo, en muchos casos las altas tarifas internacionales de transporte aéreo para mercancías de importación y exportación provocan que estados del centro del país prefieran pagar transporte terrestre a nuestro aeropuerto, y, aun así, sigue costando más bajo llevar las mercancías vía aérea a otros países.

Esto nos ha dado un preámbulo para un área de oportunidad de un mercado que podemos explotar. Hoy existe una tendencia mundial denominada economía regional, y nuestra experiencia en comercio exterior, la oportunidad que tenemos de la conectividad para Centroamérica vía terrestre, aérea y marítima, así como con los países del Caribe, el norte de Sudamérica y el sur de Estados Unidos, nos permitiría proyectarnos en materia logística como Singapur y en materia industrial como Nuevo León.

La importancia de nuestros jóvenes para aprovechar estos sectores es prioritaria; nuestros gobernantes deben brindar las facilidades y certeza jurídica para desarrollar estas áreas.

Comenzar con la exploración y desarrollo de estas ideas es básico, en el entendido que el retorno de inversión comparado con el rubro turístico o inmobiliario es más lento, pero a su vez es más constante y en casos de crisis podría rescatar la economía de Quintana Roo y sus familias, así como cobrar más importancia de la que ya tenemos en la generación del Producto Interno Bruto de nuestro país y convertirnos en principales proveedores de estados y países vecinos.

Los escenarios que vienen ya 

por ahernandez@latitud21.com.mx 1 diciembre, 2022
  • Canela fina
  • Rubén Cortés
  • Periodista y escritor
  • Twitter @Ruben_Cortes 

 

Fue un símbolo del tramo final de su gobierno que el presidente sólo dijera palabras gastadas en una marcha que le costó mil 500 millones de pesos. También que, el mismo día, el jefe de sus senadores, Ricardo Monreal, anunció una gira de reconciliación nacional, con el panista Santiago Creel. 

Los líderes del Poder Legislativo funden una agenda que propone la reconciliación que el jefe del Poder Ejecutivo rompió, al encabezar una marcha de unos mexicanos contra otros ciudadanos. Monreal es presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado; Creel, presidente de la Cámara de Diputados. 

Monreal y Creel no son tragados por muchos. Sus razones tendrán quienes no los traguen. Pero en la política las cosas son como son y no como deben ser. Como pinta 2024, la disyuntiva estará en decidir si sigue o no el presidente gobernando la “transformación”, a través de Claudia Sheinbaum. 

Ante eso, vale un párrafo de Macario Squettino sobre las pasadas elecciones estatales. 

“Frente a la incertidumbre, lo peor que puede hacerse es definir el camino de antemano. Al revés, la clave del éxito consiste en tener la flexibilidad necesaria para adaptarnos a escenarios que hoy ni siquiera podemos imaginar. A ponerse flojitos, pues”. 

Es decir, la oposición está obligada a innovar, pues, ausente y dividida, ha sido incapaz de construir un candidato propio, a un año del periodo electoral. Creel fue el primer secretario de Gobernación de la era democrática en México y fue durante seis años un político inclusivo, plural, que tendía puentes: sí es un conciliador. 

Y Monreal tiene la operación electoral más eficaz después de la del presidente, sólo que éste la tiene desde Palacio Nacional. En las elecciones intermedias de 2021, Monreal le arrebató el control de la CDMX al presidente, quien la tenía desde 1997, cuando como presidente del PRD hizo ganar el GDF a Cuauhtémoc Cárdenas. 

En septiembre, también le ganó la mano al presidente para quedarse como jefe de la bancada oficialista, al frente de la Junta de Coordinación Política del Senado (que controla los recursos económicos, materiales y humanos), y colocar en la presidencia de la Mesa Directiva a su alfil, Alejandro Armenta. 

En política no basta con ser querido: hay que ser necesario. Y, en el momento de mayor polarización del país en años, Monreal es el único aspirante que transita tanto en una franja del grupo político en el poder, como en otra franja de la oposición. Que el panista Creel lo haya buscado es un indicio fehaciente de eso. 

Ha construido una candidatura natural que la oposición puede aprovechar. Quienes no lo quieren, deben entender que hay que saber dar un paso atrás para dar luego dos adelante. 

Adaptarse, pues.   

Capítulo XX • Materialismo, positivismo, escepticismo

por ahernandez@latitud21.com.mx 1 noviembre, 2022

 

Estas corrientes materialistas y escépticas se están adueñando del mundo porque se sustentan en bases egoístas, que nos alejan de nuestra responsabilidad para con los demás pregonando la inexistencia de Dios, así como de la moral y por lo tanto de la ética, pues consideran que no hay verdades universales ni compromisos superiores, sino simple y sencillamente acuerdos entre las partes en convivencia. Para quienes así piensan, la evolución es al azar, el ser humano no forma parte de ningún proyecto universal y su única función es existir y sobrevivir como especie sin tener ningún parámetro superior de belleza, justicia, verdad o bondad. Su verdad es que no existe ninguna verdad. Ni siquiera se dan cuenta de que al afirmar «no existe ninguna verdad», están cayendo en una contradicción, puesto que para que esa afirmación sea verdadera ¡tiene que ser falsa! Hoy está de moda decir que «cada quien tiene su propia verdad», pero esto viene a ser como la ley de la selva, pues si para cada uno de nosotros lo cierto, lo verdadero o lo justo es lo que nosotros mismos determinamos, entonces no existen valores universales que sirvan de base para una convivencia civilizada, sino sólo la fuerza que el individuo o la colectividad ejerzan para que se cumpla «su verdad». El acuerdo lo imponen los más fuertes. Aún en la ONU, el organismo multinacional por excelencia, el comité de seguridad lo ejercen como monopolio solamente cinco naciones, que forman parte de los diez países más poderosos del mundo. La razón impuesta por la fuerza no es otra cosa que una ley de la selva institucionalizada.

La idea de Rousseau de que el hombre es bueno por naturaleza, es una falacia enorme. Todo aquel que ha tenido un hijo sabe que educarlo y socializarlo es un proceso en contra del egoísmo del niño, que todo lo quiere para sí sin dar nada a cambio, y que se rebela si no lo obtiene. El ser humano es egoísta por naturaleza y el egoísmo es el origen de todo el mal que existe sobre la tierra, de las guerras más cruentas y de las peores atrocidades, como lo fue el fascismo o la visión enferma de Pol Pot en Camboya. Es curioso e indignante ver, por ejemplo, a un ladrón quejarse de que alguien le roba. El egoísmo ciega y perturba, niega la presencia del otro y, si no existen parámetros que nos permitan determinar nuestras acciones, el bien y el mal se confunden, o se funden, generando una visión egoísta del mundo, en donde sólo existe el individuo con sus necesidades y una noción vaga de la existencia del otro.

El parámetro más claro, sencillo y objetivo que tenemos para luchar en contra de nuestro propio egoísmo es el imperativo ético, que nos dice «el otro es como yo». Con esa sola norma, podemos determinar toda nuestra vida, «no le hagamos a los otros lo que no queremos que nos hagan a nosotros». Esa conciencia permanente es una guía excepcional y única para enfrentar nuestro egoísmo. Es, por otro lado, una manifestación de la presencia del espíritu en nosotros, es decir, la herramienta que tenemos para luchar en contra de nuestro egoísmo y de nuestras pasiones. Es también la fuente de todos los valores y normas de conducta que generan una ética de significados trascendentes. El otro es como yo, tiene los mismos derechos y obligaciones que yo, espera de mí lo que yo de él, ambos tenemos el mismo derecho a la vida, a la justicia, a la paz, a la belleza y a todo ese conjunto de reglas civilizadas que llamamos derechos humanos. Él los tiene, de la misma forma que yo quiero tenerlos.

Ahora no hay derecho más preciado para el ser humano que el derecho a la vida. En ese derecho fundamental se basan todos los demás, pues el ser humano es fin, no medio. Ahora bien, en el desequilibrio ecológico causado por la contaminación de nuestra biosfera es donde puede residir el mayor mal, pues atenta no sólo contra nuestra propia vida, sino contra la de todos los demás, pero fundamentalmente contra las generaciones futuras.

El materialismo del aquí y el ahora, la visión consumista del mundo como satisfactor de necesidades creadas y el escepticismo que niega los valores superiores o el origen divino del imperativo ético, trabajan justamente contra la corriente que trata de crear una conciencia ecológica; porque aunque sabemos que todos contaminamos nadie quiere asumir la responsabilidad de los actos colectivos, como si no fueran la suma de actos individuales que deben corregirse con esfuerzo y sacrificio. Es como la relación de países o personas pobres y ricas: pareciera que uno tiene que ser a costa del otro pero eso no es así. La conciencia del otro, el imperativo ético, permite definir y esclarecer con justicia lo que a cada quien le pertenece. Es una combinación de capacidades y necesidades, no conforme a la falacia comunista del estado benefactor. La historia demuestra que los más altos niveles de vida y de respeto a los derechos humanos se dan en las democracias (republicanas o parlamentarias) y en donde prevalece el libre mercado. De esas comunidades ha surgido con mayor impulso lo que hoy conocemos como conciencia ecológica, conciencia de unidad, o visión holística, donde se encuentra el verdadero futuro de la humanidad.

Notas al margen

Ética. Parte de la filosofía que trata de la moral y las obligaciones del hombre.

Capitulo XIX • Cultura

por ahernandez@latitud21.com.mx 1 noviembre, 2022

 

El tiempo moderno es de una enorme complejidad, el concepto de aldea global se vuelve realidad día a día, la cultura tiende a generalizarse. Cuando 1 000 millones de personas o más pueden estar viendo al mismo tiempo, por ejemplo, las olimpiadas de Sídney, podemos empezar ya a predecir comportamientos masivos de carácter universal, en donde sectores de miles de millones de personas piensan lo mismo o tienen una visión unificada de algún concepto.

Todavía a principios del siglo pasado, los grupos étnicos tenían rasgos profundamente distintivos. Lengua, ropa, tradiciones, folclore, religión; establecían una visión del mundo diferenciada de un grupo a otro, inclusive en una misma nación. Por ejemplo: en España, las diferencias regionales eran enormes y, a pesar de una religión unificadora, las visiones del mundo eran distintas. Hoy subsisten algunos países con visiones diferenciadas pro fundas, como pueden ser los balcánicos, la India, o países en donde conviven sectores mestizos con marcada influencia norteamericana y europea y grupos indígenas con visiones sincréticas de la realidad. Pero la tendencia única y fortísima, a universalizar las reglas, es debida la influencia de la televisión, la radio, internet y los medios de transporte, que transculturizan al mundo en de reacciones imprevistas, con visiones que hoy parecen se materialistas y escépticas. Sin embargo, hay influencia profundamente religiosas que trascienden fronteras, culturas y abren nuevos frentes, como las que ejercen los inmigrantes islámicos, los misioneros cristianos y las sectas.

Todas las visiones del mundo se están mezclando. Las culturas arraigadas en tradiciones y que no se consideran modernas tienden a desaparecer. Eso significa un avance civilizador, sin embargo, en algunos casos se pierden valores que le daban sentido comunitario y arraigo a la vida cotidiana.

Dar el paso de dejar de ser parte de una comunidad, estado o país específicos para convertirse en un ciudadano del mundo, es duro, doloroso y puede que hasta enormemente peligroso, pero esa es la tendencia mundial. Ahí está la comunidad Europea con su libre tránsito, su moneda general, su apertura al comercio, etc., o el tratado de libre comercio entre México y Estados Unidos que estrecha los vínculos entre estos países mucho más allá de lo que es una relación comercial, pues los compromete en la economía de mercado, la libre competencia, la democracia, etcétera.

Personalmente creo en el ciudadano del mundo. Creo que no debe haber distinción de raza, ni de derechos y obligaciones entre los seres humanos. Sin embargo, se percibe una enorme confusión y un materialismo generalizado que es alarmante, pues lo que nos hace ciudadanos hermanados no es lo material, sino lo espiritual, expresado en los derechos humanos de la carta de las naciones, y en organizaciones como las Naciones Unidas, la OIT, la UNESCO, la OEA, el Mercosur, etc. El impulso evolutivo de la unidad en el espíritu se expresa en organizaciones y principios que giran alrededor del imperativo ético.

Siempre ha habido actos deleznables, y la evolución humana está lejos de haberse terminado. Las cosas en el mundo van mal en diferentes áreas. Cuando los noticieros nos presentan una escena de, por ejemplo, una masacre en Ruanda, todos sabemos que eso está mal, aunque su difusión inmediata en todo el planeta no impide que suceda Pero no sólo su universalizan los conceptos de la verdad, belleza, justicia,, sino también el repudio a la mentita y la injusticia.

De esa forma somos observadores y seres actuantes en un mundo en permanente evolución, en permanente cambio, que se influye e interrelaciona cada vez con mayor intensidad, que genera visiones unificadas del mundo. De nosotros dependerá que estas visiones tengan la dirección correcta, que hoy por hoy están asentadas en la carta de los derechos humanos.

El factor que aglutina muchísimos aspectos es la conciencia ecológica, puesto que, día a día, cada uno de nosotros percibe en mayor o menor grado la realidad de la contaminación y la degradación del medio ambiente. Claro que ese fenómeno es inmensamente más notorio en los países pobres que en los ricos, porque estos últimos ya pasaron por esas etapas y ahora, con capacidad económica y tecnológica, están revirtiendo esos daños. Pero por otro lado, todos sabemos que son esos países los causantes de las mayores contaminaciones a la atmósfera y a todo el planeta en general (por ejemplo, la lluvia ácida). A veces, con visión equivocada o absoluta, tratan de imponer a los países más desprovistos normas que se pagan con dolor y pobreza.

Sin embargo, lo que importa ahora no es señalar culpables sino la concientización colectiva. El desarrollo de la conciencia, el darnos cuenta de la realidad de la de- gradación del ambiente, debe ser un acto generalizado, debe arraigarse en nuestra cultura y en nuestra visión del mundo, pues de otra forma, el riesgo es inminente. Estoy seguro de que el temor de nuestra propia vida, de la de nuestros hijos y de los demás seres humanos será tan fuerte que esta conciencia se generalizará, pero no lo hará de golpe, sino progresivamente. Tengo fe en que las tecnologías del momento y la cultura universalizada por los medios de comunicación nos permitirán actuar, pero es hoy el momento de comenzar, por lo menos en promover la cultura del desarrollo sustentable.

Notas al margen

Cultura. Resultado o efecto de cultivar los conocimientos humanos y de afinar por medio del ejercicio las facultades intelectuales del ser humano.

Conjunto de valores y formas de vida materiales y espirituales de un grupo.

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