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Revista Latitud 21
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X Columnas

BITÁCORA DE VIAJE XVII

por ahernandez@latitud21.com.mx 1 diciembre, 2021
  • Bitácora de viaje
  • Por Iñaki Manero
  • Comunicador
  • Twitter @inakimanero Facebook @inakimanerooficial 

Instrucciones a la población civil en caso de alarma nuclear: 

a) Aléjense de cualquier ventana.

b) Mantengan sus manos libres. No tomen vasos, botellas, ni cigarrillos.

c) Apártense de muebles y objetos pesados.

d) Despójense de corbatas; desabrochen cuellos de camisas, abrigos y cualquier otro tipo de ropa que resulte restrictiva.

e) Saquen de sus bolsillos gafas, lápices, bolígrafos y cualquier otro tipo de objetos afilados.

f) Inmediatamente después de percibir el brillante flash de la explosión nuclear, siéntense en el suelo y traten de poner la cabeza entre las rodillas.

g) Entonces, dense un beso en el trasero, y díganse adiós. 

– Miguel Ríos. La Huerta Atómica. 

1962. La tensión se acumulaba y había nerviosismo. De la chimenea de la embajada soviética en Washington, salía un denso humo; improbable tanta combustión para un mes de octubre, cuando los fríos provenientes del Delaware no parecían cuchillas, como ocurre ya más cerca de invierno. Pero en ese momento, el clima hubiera sido la menor de las preocupaciones. Un impasse político tenía agarrada por la garganta la sobrevivencia de millones de seres humanos.  Del otro lado del planeta, en Moscú, un furibundo Nikita Jrushchov, aquel que se había quitado el zapato para pedir orden en una asamblea de Naciones Unidas y había vomitado la declaración de “los vamos a enterrar”, refiriéndose al némesis capitalista, dudaba si la decisión de armar al joven abogado convertido en mandamás insular Fidel Castro con misiles nucleares había sido correcta. Castro sería muy astuto, pero estaba rodeado de fanáticos y adoctrinados como el médico argentino Guevara, a quien ya se le había detenido varias veces el brazo por su costumbre mercurial de fusilar a la primera provocación contraria al pensamiento revolucionario; amigo de las “soluciones finales” con tufo a holocausto, en algún momento habría declarado su intención de erizar Cuba con misiles y lanzarlos sin dudar contra el corazón del “imperio capitalista”, Nueva York.  El líder del partido comunista soviético, Jrushchov, sabía, al igual que Kennedy, el papel estratégico que tenía el equilibrio del terror sin la necesidad de apretar un solo botón. Eso quedó más que demostrado años después durante la era Reagan. También sabía el premier soviético que, de desatarse la Tercera Guerra Mundial, Cuba sería la primera zona del mapa en ser borrada de la existencia. Fueron 13 días de tensión que conmocionaron al mundo y sin embargo, el nerviosismo se habría convertido en pánico de haber conocido detalles finos antes de que la diplomacia surgiera como un Deus ex–machina en el último momento; se hicieran promesa y pactos y los barcos soviéticos con sus piezas de la muerte, se regresaran por donde venían. 

Justamente, uno de estos detalles finos tuvo que ver con la decisión de cierto oficial de la marina rusa. Lo importante de convertirse en el fiel de la balanza. Hoy sabemos que cuando el sentido común prevalece sobre la subscripción sumisa e irreflexiva, es posible alcanzar la paz más allá de la manipulación ideológica. Se llama pensamiento crítico y eso, por lo general, aparece en ecosistemas en donde se privilegia la libertad de pensamiento, culto, lectura, orientación sexual.  Vasili Arkhipov es de esos raros casos en donde la excepción tira la regla. Militar de carrera y claro hijo de la revolución bolchevique, al igual que Gagarin, se conducía en un sendero muy alejado de belicismos y rencores gratuitos alimentados por el sistema. En uno de los momentos decisivos de la Crisis de los Misiles, el submarino en donde prestaba servicio como oficial, había sido rodeado por barcos norteamericanos que realizaban bloqueo (ahí sí valía el término) a Cuba para evitar la llegada de más naves rusas que transportaran tecnología balística. Para hacer emerger a los soviéticos, los marinos norteamericanos comenzaron a lanzar cargas de profundidad. Desde el submarino ruso, para el capitán fue una clara e indiscutible muestra de que la guerra había comenzado; la decisión sería lanzar un torpedo con carga nuclear hacia la flota enemiga. Para iniciar el ataque, se necesitaba el acuerdo de los tres oficiales a bordo.  Uno de ellos era Arkhipov. Como sacado de una película tipo thriller bélico (de hecho, los filmes Widowmaker y La Caza del Octubre Rojo están basados en éste y en otro conflicto en los que el marino ruso se había visto involucrado), Vasili se negó al lanzamiento del misil. Lo que siguió fue una dura prueba de esgrima verbal que tal vez nadie conozca a la perfección y el riesgo de corte marcial y tal vez, paredón de fusilamiento o campo de concentración en algún duro y gélido Gulag (cosa que no sucedió; Arhipov murió de cáncer en 1998 posiblemente provocado por exposición a radiación). Arkhipov intentando convencer a los otros dos oficiales que se trataba de una confrontación local y que no valía la pena desatar un holocausto. Finalmente, el calor dentro del submarino y la acumulación de CO2 provocada por las cargas de los destructores norteamericanos, hicieron subir a la nave soviética para después poner proa de regreso a su base y enfrentar la ira de sus superiores. 

Finalmente, la crisis de los misiles terminó con, decíamos, promesas de ambos bandos, pero el equilibrio del terror ha seguido hasta nuestros días; funcionó  durante un tiempo. Las superpotencias bien estructuradas con arsenal nuclear saben que nadie gana una guerra a misilazos. Todos perdemos (recomiendo ver la ochenterísima película “Juegos de Guerra”). Pero un acuerdo no escrito, vela, allende ideologías sociales y económicas, para que naciones políticamente inestables y en la inmadurez adolescente, cometan una estupidez respondiendo de manera reptiliana como responderían dos borrachos por un quítame esas pajas. Hablando de borrachos, Richard Nixon, en estado de ebriedad, quería ordenar un ataque nuclear contra Corea del Norte. Agreguemos a la lista de salvadores del mundo a Henry Kissinger, que le dio suficiente café negro y alejó los teléfonos de su gastada geografía.  El diablo está en los detalles, dicen. Y sí; para salvar al mundo, basta vaciar el ático de basura mental.  Tan solo una vez en la vida existirán Arkhipov y Kissinger, pero sí una nueva generación de ciudadanos que den la cara en nombre del ser humano común.  Ese que nada más quiere que le dejen en paz. Ese que quiere llevar a casa, luego de un desquiciado día a través de las noticias plagadas de torpezas, caprichos y absurdos por parte de sus dirigentes, un poco de cordura. Amén.  

Dinero en fuga

por ahernandez@latitud21.com.mx 1 diciembre, 2021
  • Canela fina
  • Rubén Cortés
  • Periodista y escritor
  • Twitter @Ruben_Cortes

Es el conocimiento que considera tener el presidente de la sociedad mexicana lo que mantiene la paz social, ante la adversidad económica provocada por sus políticas. Por eso sólo apoya a los sectores que históricamente tomaron las calles para protestar.

Está convencido de que los estratos medios y medio altos de la sociedad no pasan de mostrar el descontento en redes sociales. Así que, para 2022, aumentó 10 mil millones de pesos a los programas sociales que aportan recursos en mano a los sectores más rijosos.

Y dice, sobre quienes se quedan en casa, que “si tienen que quebrar que quiebren”, el millón y medio de empresas que cerraron; y “que vean eso padres y dueños”, sobre la cancelación del 20 por ciento de las colegiaturas en escuelas privadas por falta de pago.

Como Chávez en 1999 en Venezuela, confía en México de 2021 en la eficacia de la doctrina cubana para mantener el poder: retener sus bases sociales y se vayan, o se adapten, quienes lo rechazan. De ahí que minimice la colosal sangría de dinero privado que vive el país.

Durante el tercer trimestre se fugaron siete mil 369 millones de dólares de extranjeros y siete mil 227 millones de mexicanos, informó el Banco de México. En la creencia del presidente, es lana de quienes no lo quieren y, por tanto, no importa que se vaya.

¡Total! a los suyos les dio 10 mil millones de pesos para 2022, siete de cada 10 lo apoya, el próximo año tendrá 25 de 32 gubernaturas, la oposición sigue buscándose y la prensa tradicional se cuida y no crea estado de opinión como creaba en gobiernos anteriores.

No importa que, desde julio de 2018, México sea el país que más flujos de inversión extranjera perdió en el mundo. O que las ventas del pasado Buen Fin bajaran 53 por ciento. Para el presidente, su gente no vive de la inversión extranjera ni va a Palacio de Hierro.

¿Qué aumentó en cuatro millones el número de pobres y seis millones dejaron de ser clase media? Tampoco importa, pues la doctrina cubana ya demostró en la isla y, replicó en Venezuela, que al final la gente se va del país o se adapta. No pasa nada, pues.

En Cuba, por ejemplo, los ciudadanos temen más caminar de blanco con una rosa por las calles, que atravesar con los traficantes de personas cuatro países desde Nicaragua para llegar a Estados Unidos, y luego mantener a sus familiares pobrísimos en Cuba.

Para irse de Cuba hay que pagar boleto de avión y andar por Centroamérica y México. Comprado, para los mexicanos quizá pueda resultar más fácil.

Y cuando envían remesas, el presidente los llama “héroes vivientes”. 

La vida fuera de las redes

por ahernandez@latitud21.com.mx 1 diciembre, 2021
  • Mirada empresarial 
  • Inna German Gómez
  • Empresaria
  • @Innagg

Escribir y plasmar una idea entendible es difícil; los grandes escritores son capaces no sólo de plasmar ideas, sino de crear personajes y vidas ficticias que al lector le parecen reales. ¿Cuántas novelas no hemos leído, en las que nos hemos enamorado, odiado y llorado, o hasta imitado personajes ficticios?. Ahora, la lectura y la imaginación en las generaciones más jóvenes se alimenta de las vidas que publican personas reales en las redes sociales. ¿Pero son en realidad sus vidas?

Me encanta ver las fotos del Instagram; todas son hermosas, momentos felices, paisajes increíbles, poses y belleza fisica. Lo que se comparte a nuestros amigos virtuales son viajes, fiestas o en el caso de la pandemia empezaron a proliferar videos creativos de manualidades, chistes, música, pero siempre momentos donde damos lo mejor de nosotros mismos.  Los héroes de hoy son aquellos que tienen más “seguidores”, más “likes”. Cuando sus posts, videos o fotos se vuelven virales. 

Bueno, eso no difiere mucho de los personajes de ficción de las novelas; en las redes creamos un mundo alternativo, una personalidad nueva y hasta un look físico que no tenemos.  (¿A qué no?, el photoshop). 

El único problema que le veo a esto, es el siguiente: en un libro el escritor es capaz de, al terminar el libro, dejar de lado su personaje, aunque lo haya creado a imagen y semejanza, nunca salió de esas páginas; todos estamos conscientes de que NO existe. 

Pero el personaje que creas en redes se vuelve cada vez más público, al tener mayor número de seguidores el compromiso de SER esa persona empieza a hacerle creer al creador que debe comportarse como su personaje; empieza a perderse en esa ficción, creando una personalidad basada en el número de “likes” que reciben sus comportamientos. Así que, al revés del escritor, el usuario de redes se muere para darle vida a su personaje de ficción. 

Una de nuestras características como animales comunales es moldear nuestros comportamientos para pertenecer a los grupos sociales en los que nos desarrollamos; pero una cosa es moldear comportamientos y otra muy distinta en convertirnos en otra persona. Debe ser agotador vivir así. 

La gran pregunta sería entonces: ¿Seremos capaces dentro de nuestros personajes de ficción crear relaciones duraderas y honestas? Ahí se los dejo como reflexión. 

Construye, ¡aún cuando en ello te vaya la vida!

por ahernandez@latitud21.com.mx 1 diciembre, 2021

  • Empléate
  • David Asencio
  • Psicólogo
  • Twitter: @davidasencio195 Linkedin: davidasencio195

Como director del Servicio Municipal de Empleo en Cancún aprendí muchas cosas, y lo primero fue, que la edad no debe ser un impedimento, sin embargo, también comprendí las razones por las que una empresa busca personas jóvenes para integrar a sus equipos. 

Recuerdo mucho que los primeros meses de la administración de Paul Carrillo, muchas personas llegaban y mencionaban lo difícil que les estaba siendo buscar una oportunidad laboral por su edad. Fue algo de lo primero que tuvimos que analizar. 

Encontramos en ese año -hablo de 2013- que muchos anuncios todavía ponían “hasta 35 años”, “hasta 40 años”, “máximo 45 años”, etcétera. (Hoy ya es difícil verlos e incluso está regulado ese tipo de anuncios, por considerarlos discriminatorios). Sin embargo, las empresas ponían como tope esa edad porque empezaron a buscar jóvenes que conocieran las nuevas formas digitales de comunicación, de redes sociales, de interacción y dominio de las nuevas plataformas que estaban apareciendo; de ahí la importancia de que las personas de más de 45 años se actualizaran y empezaran a hablar el mismo lenguaje de los jóvenes y que conocieran plataformas como Instagram y Twitter. 

Después de mucho observar y analizar, se planteó brindar cursos de computación para brindarles actualización a los buscadores mayores. Y al final recuerdo mucho la frase que teníamos en la oficina: “Después de los 45 años ya no se busca empleo, ¡se vende nuestra experiencia!”. 

Posteriormente, en el periodo de Remberto Estrada, creamos uno de los mejores programas gubernamentales municipales: Contratación Exprés, que reúne en un evento a 30 empresas con diversas ofertas en sus vacantes y un área de servicios (como copias, asesoría, licencias, tarjetas de salud, Infonavit, y todo lo que un buscador puede necesitar).   

Ese programa se ha mejorado y ahora se denomina Ven y Empléate; ya superaron más de 36,000 personas atendidas, aún con todo y la pandemia. Se han hecho versiones de Empléate Rosa, enfocado en las mujeres; Empléate Diferente, con vacantes para personas con discapacidad; incluso el Servicio Municipal tiene su propia plataforma para vincular a los buscadores con los empresarios. ¡Muchas felicidades!  ¡La idea siempre fue crear, generar y hacer cosas, aún cuando hacerlo tenga sus implicaciones y responsabilidades! Lo importante es seguir construyendo. 

La economía y el Covid-19

por ahernandez@latitud21.com.mx 1 diciembre, 2021
  • Entre empresarios
  • Sergio León
  • Presidente de Coparmex Q. Roo
  • CEO de Impoexporta
  • Twitter: @oigres14

Hace algunos meses escribía sobre los efectos económicos causados por el Covid-19, los cuales no se vislumbraban muy claramente, pero mencionaba que tendría que pasar un tiempo para realmente apreciar en materia económica las consecuencias de una enfermedad catalogada como pandemia por ser de talla mundial y que sigue evolucionando cada día.

El aislamiento, las fronteras cerradas, las fábricas que tuvieron que dejar de operar, aumento en el costo de los transportes internacionales marítimos y aéreos, así como un sinnúmero de factores que hemos vivido durante estos más de dos años, reflejan hoy una nota que se repite en cada uno de los países del mundo: INFLACIÓN sin precedentes.

Primero, apuntalaría de forma reiterativa que este fenómeno está sucediendo en todos los países; los desarrollados, que la han logrado mantener de forma controlada en 2% hasta noviembre, llegaron a 5%. Nosotros en México no somos la excepción: llegamos a 7.05%. 

En el día a día como consumidores lo percibimos en el aumento de los precios de los productos y servicios, lo cual disminuye el poder adquisitivo de los ingresos que recibimos.

Ante este fenómeno, ¿cuál es nuestra posición como ciudadanos? ¿Cómo participamos en contener y recuperar los niveles que teníamos? Podríamos pensar que esto sólo forma parte de las políticas económicas de nuestro gobierno o de los gobiernos del mundo, pero hay un factor que requiere nuestra participación de manera inmediata y directa, que nos lleva a seguir cuidándonos, llevar cabalmente los lineamientos sanitarios e invitar a quienes no se han vacunado a hacerlo; la respuesta es muy sencilla, en la medida que logremos contener el aumento de enfermos, podremos mantener nuestros semáforos en color verde, que permitirán recuperar el nivel de operación de  nuestras actividades de forma regular, recuperar el curso de nuestras actividades y no sólo en el ámbito turístico, también de producción, porque hoy día todos sumamos para esta solución, no sólo en nuestro estado, también influyen nuestros estados productivos del sector primario y secundario, para hacer parte de esta solución.

Dentro de las soluciones alternas a considerar se encuentra la economía regional, donde debemos trabajar en sustituir productos que vienen de orígenes lejanos, por productos dentro de nuestro país o mismo continente, con la intención de disminuir los tiempos y costos de suministros, así como en nuestro caso muy particular de nuestro estado, que tiene un alto consumo de productos diversos y que no existe una balanza contra nuestra producción de productos primarios y secundarios para diversificar y aprovechar las bondades de nuestra zona sur para incursionar de forma inmediata, que nos permita a mediano plazo concretar un economía más sólida y autosustentable, complementándola con sistemas de producción que incluyan energías limpias.

Que nuestra meta sea participativa; de todas y todos. No bajemos la guardia, sigamos cuidando los lineamientos sanitarios durante este semáforo verde como si fuera un naranja, sigamos promoviendo la vacunación y recuperemos nuestra salud y economía. 

De San Francisco y otras cosas…

por NellyG 24 noviembre, 2021

Pues resulta, como varios de mis lectores, ya sabrán, que hubo bodorrio, que quien esto escribe, tuvo a bien matrimoniarse con una tal Alice Ríos, de elegante presencia, buen decir, mejor familia y gran amor para dar, y con quien espero pasar del otoño al invierno de nuestras vidas, siempre rodeados del calor de nuestros hijos y de los entrañables amigos.

Y con ese gracioso motivo, emprendimos viaje, ese que aún no se porque se denomina Luna de Miel, a la cautivadora, emblemática y brumosa a veces, ciudad de San Francisco, California.

En este nuevo encuentro con tan hermosa urbe, descubrí que la neblina, que hace su aparición en la ciudad a la hora y día que le da la gana y sin avisar, tiene su nombre, se llama Karl y hasta perfil tiene en Instagram. Karl es simpático (a), inoportuno e impredecible, es parte de la ciudad y los locales han aprendido a vivir y convivir con él, tal como lo recuerda “I left my heart in San Francisco”, que canta románticamente Tony Bennet.

Otra cosa que descubrí en San Francisco, es que es más hermoso y atractivo el Bay Bridge, que conecta a la ciudad con Oakland, que el súper famoso y emblemático Golden Gate. Por supuesto, que este último es hermoso, emblemático, legendario y el mas fotografiado del mundo, pero la iluminación nocturna del Bay Bridge, cenando desde el EPIC STEAK, no tiene comparación.

Pero lo que hizo que Alice y yo nos maravilláramos de San Francisco, fue sin duda el mágico y romántico Sausalito, al otro lado del Golden Gate. Al comentarlo con mi hijo Alan, el arquitecto, quien siempre tiene buenas frases como su abuelo, me dijo “Es ese lugar de California, en el que ya no importa cuánto dinero tengas, sino cuántos años puedas vivir para disfrutarlo” …  y sí, Sausalito, está lleno de gente retirada con una increíble calidad de vida.

Lugar romántico, frente a la bahía con una marina plagada de veleros, pequeños restaurantes de todo tipo, galerías de arte, y una imagen urbana de envidia.

Tuvimos la experiencia de atestiguar como un par de hombres muy maduros, “botaban” su lancha al agua, que era tan antigua y orgullosa como ellos; un bote de casco de madera de 1957, toda una experiencia.

Y desde ahí, desde el romántico Sausalito, emprendimos el viaje en UBER, a los viñedos de Robert Mondavi en Napa Valley, para tener primero una fantástica degustación de maravillosos vinos y luego una romántica comida.

Primero los vinos; un 100% Chardonnay 2019 Unoaked, divino, luego el mejor Pinot Noir que he probado, un Carneros PNX 2016 (Pinot Noir Xperience); seguimos con un robusto Cabernet Franc 2018, Oakville, para aparentemente cerrar la degustación con un potente y clásico Cabernet Sauvignon, Stags Leap Disctrict 2017, simplemente sublime, pero digo aparentemente, porque luego apareció nuestra hostess con una sorpresa de regalo, se trataba de un Reserva de Mondavi, 2015 que no estaba en el programa de la degustación y con el que cerramos con broche de oro esta magnífica experiencia degustativa en uno de los mejores viñedos de Napa Valley.

Continuamos al pequeño poblado de Yountville, a solo unos minutos, para disfrutar la exquisita experiencia de una comida francesa en el Bistro Jeanty, atendido por su propietario. Inolvidables el Bistro, su personal y el pequeño pueblo, muy recomendable.

En San Francisco y sus alrededores, como en otras ciudades de los Estados Unidos, se privilegia el respeto por los espacios públicos, pero en esta ciudad costera de California son en verdad envidiables. Es una delicia ver a la gente salir a pasear en bicicleta por todas partes, pasear a sus perros o simplemente salir a disfrutar del paisaje en parques, jardines y banquitas públicas por doquier. Calles y avenidas perfectamente señalizadas, indicando el nombre de la calle tanto en el clásico letrero de la esquina, como incluso en una placa de fierro sobre la banqueta en la esquina de cada calle; Alice y yo decíamos, “casi igual que en Cancún”.

Entiendo que no son válidas las comparaciones, por muchas y muy diversas razones, pero no deja de ser frustrante que viniendo de una ciudad turística y tan “exitosa” como lo es Cancún, te encuentres en una maravillosa ciudad con diferencias tan contrastantes, sobretodo en Imagen Urbana y Espacios Públicos.

En San Francisco entendí, aunque ya lo sabía, y desde hace mucho ha sido mi preocupación, que en Cancún y en todo Quintana Roo debemos trabajar mucho más en el rescate de espacios públicos y en gestionar experiencias  para todos nuestros habitantes, que permitan el disfrute y la integración familiar, espacios dignos, hermosos, de gran calidad, de los que puedan sentirse orgullosos todos los habitantes, y que si el turismo los visita y conoce sea un valor agregado, pero en donde lo primordial sea el ciudadano.

Hay aún mucho por aprender de otras urbes, de otras culturas y de otras maneras de administrar una ciudad.

Eventualmente la soberbia, y sin duda los intereses particulares, no nos permiten avanzar.

Al regreso, luego de una maravillosa última noche de luna en la Bahía de San Francisco; nos recibe nada más y nada menos que el mal llamado Boulevard Colosio…  ¿Qué les puedo decir a mis ocho lectores? la experiencia es impactante, dan ganas de regresarse… ¿para cuándo tendremos una avenida de entrada digna de Cancún?, ¿ Para cuándo ?…

Muy pronto Al Buen Entendedor… en pod cast…  y muy pronto también, nueva lectura de “Mis Secretos”, mi biografía a mis 60… ya les cuento…

sgrubiera@acticonsultores.com

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