Me queda muy claro que una sola frase de las que escuchamos, sobre todo de nuestros papás, muchas veces es suficiente para generar grandes cosas en nuestro actuar y en nuestro sentir…
También me queda muy claro que no existe un librito o un manual de cómo ser papás; lo que se hace y se determina en nuestro actuar como papás o mamás normalmente nace de la personalidad que traemos o del mismo corazón y el sentir que se tiene en ese preciso momento.
Pero hoy quiero reflexionar acerca del impacto de la frase: “NO QUIERO QUE LUEGO VENGAS LLORANDO”, Esta frase que todavía es común, y que para los hijos e hijas es de gran impacto, considero que se debe tener cuidado al decirla, sobre todo con la energía de la emoción con la cual la estamos aplicando.
Para ello primero debemos tener claro que, como madres o padres, tenemos la obligación y la enorme responsabilidad principal de generar y proporcionar SEGURIDAD en nuestro hijos e hijas, y una frase como esa, genera precisamente todo lo contrario.
Como padres buscamos prevenir que lo que está por hacer tendrá consecuencias, pero la forma en que esta frase comunica NO ES LA CORRECTA.
Como hijos buscamos saber que el hogar de mis padres es siempre un puerto seguro donde podemos resguardarnos de los momentos críticos que vamos a enfrentar en el navegar por la vida. ¡Es megaimportante contar con esta herramienta en ese navegar! Los hijos e hijas debemos tener claro que es con mamá o papá con quien podemos ser vulnerables, y que ahí están ellos para abrazarnos y permitirnos llorar y desahogarnos de todo eso que puede estar ahogándonos, que es en esos brazos donde podremos encontrar ese abrazo cálido y toda la comprensión que se ocupa para esos momentos difíciles y de gran enseñanza.
Y todo eso se detiene o se corta con el impacto de la frase “No quiero que luego vengas llorando”. ¿Y entonces? ¿Dónde podré llorar? ¿Dónde o con quién podré ser vulnerable? Y eso pone a los hijos en una posición de peligro o vulnerabilidad emocional que genera mucha inseguridad y es origen de muchas de las cosas negativas que se generan en el individuo…
Por ello un buen abrazo y una frase diferente como: “Aquí estamos tus padres para escucharte, para abrazarte y para orientarte, si así lo requieres”, sería lo más adecuado para generar lo que buscamos, que es criar hijos independientes y seguros.
Y no olvidemos que: el poder de un padre o madre en la vida de un niño o niña es incomparable y único.