Los otros retos

por NellyG

Siempre que escribimos sobre nuestros destinos turísticos y particularmente Cancún, cada vez que nos entrevistan o piden nuestra opinión, hablamos de los grandes retos en materia turística para consolidar a nuestro destino, para mantener los flujos de visitantes y las buenas ocupaciones, y es lógico y entendible, pues de ello vivimos, del turismo, y de su derrama depende nuestra economía, subsistencia y desarrollo.

Sin embargo, en Cancún se tiene que empezar a hablar, y nos hemos tardado, de los grandes retos en desarrollo social, de los grandes rezagos, carencias y de las condiciones que, como sociedad, mereceríamos tener al ser uno de los destinos turísticos más importantes del mundo.

A pesar de las fabulosas ocupaciones hoteleras, del constante incremento en operaciones aéreas, de la enorme y positiva recuperación económica posterior a la pandemia, en Cancún y en el resto de Quintana Roo, vivimos un caos de movilidad, una anarquía en el desarrollo sin orden, una inseguridad galopante y una tristísima y creciente descomposición del tejido social, agravada por el consumo de drogas.

Cancún es exitoso, sí, pero ¿Qué hay detrás del éxito?…

Trabajadores que pasan 4 horas y más en el transporte público para ir y venir de sus centros de trabajo sin que exista una solución lógica; el transporte urbano lagunar que promovió Germán Orozco, que en paz descanse, sigue en espera de voluntades; los concesionarios del transporte público siguen operando con unidades lamentables y con esquemas de operación antiquísimos.

Y mientras los padres trabajan arduamente, los hijos consumen marihuana, otros escalan a otras drogas y luego a temas de salud mental como la depresión, la ansiedad y hasta la esquizofrenia, sin que exista hasta hoy un centro de salud que permita el internamiento.

Jovencitas violadas por sus familiares y otros temas de abuso, son parte también de los otros retos y de descomposición de la sociedad en esta exitosa ciudad.

La ausencia de espacios públicos dignos y suficientes, se suma a la trama compleja del tejido social. Reconocimiento grande, a la muy loable puesta en marcha del Parque Cancún, que sin duda viene a contribuir de manera importante, pero aún hacen falta muchos “parques Cancún” …

El desorden en calles y avenidas, la ausencia de nomenclatura, la falta de estacionamientos en comercios y un sinfín de etcéteras, hacen que vivamos en un caos, en medio de una anarquía, a pesar de recibir diariamente a decenas de miles de turistas.

Los desarrolladores quieren más y más densidad, y los empresarios, como es lógico, más y más negocio, pero ¿hasta dónde es sano crecer sin orden y sobre todo sin garantizar calidad de vida para las próximas generaciones?

Cancún merece una reflexión de calidad.

Un desarrollo que eventualmente mejore el presente, pero no considere el futuro, no puede considerarse ni sustentable ni mucho menos responsable.