Tradición y fortaleza restaurantera, contra viento y marea en Cozumel

por NellyG

Pepe’s y Palmeras son íconos gastronómicos en la Isla de las Golondrinas; durante cuatro décadas se han sobrepuesto a los embates por diversos factores y hoy por hoy luchan frente a la crisis por la pandemia

 

Con un legado de esfuerzo, innovación y vocación por el servicio en el rubro gastronómico José Eduardo Becerra Ruiz está al frente de Pepe’s Restaurante desde hace más de 20 años, cuando su padre le pasó la batuta de este negocio, que surgió hace 41 años, el 10 de abril de 1980. Desde entonces, al igual que su familia con el restaurante Palmeras, han procurado mantener el sazón y el excelente servicio como cartas fuertes.

“Mi familia siempre ha estado en el negocio de restaurantes; en el caso de Palmeras, es el más conocido en Cozumel, pues lo primero que ves cuando llegas a la isla es este negocio, es un ícono como familia; tiene 45 años, prácticamente nació y se consolidó con el estado”.

 

Ahí, el menú es de comida mexicana e internacional; con servicio desde las 7 de la mañana hasta las 11 de la noche, “es el restaurante familiar por excelencia y tradición”, destaca con orgullo.

En el caso de Pepe’s restaurante, es un poco más elegante, sofisticado; ideal para comidas, cenas y celebraciones especiales. Aquí la carne y los mariscos son la especialidad, maridados con un buen vino.

 

 

Impacto inédito

 

Pepe Becerra reconoce que la situación acarreada por la pandemia es algo que no vieron venir; al menos, no que se prolongara tanto y los impactos han sido terribles.

“Tratamos de conservar a todos los empleados, reduciendo sueldos, horarios, menús, eficientando toda la operación del lugar, pues al tener menos o nulos ingresos había que bajar costos; en principio pensamos que a lo mejor iba a ser algo de unos meses, empezó la pandemia en marzo y creímos que en verano ya estaría mejor, que estaríamos recuperados”, recuerda.

Incluso, señala que Palmeras estuvo cerrado desde marzo hasta finales de julio, algo inédito; “fue algo muy complicado, Palmeras nunca había cerrado ni siquiera tras el paso de los huracanes ‘Gilberto’ y ‘Wilma’, es decir, cerraba durante el paso del meteoro, pero apenas pasaba, abríamos aunque fuera para vender café, pero ahora por la pandemia no, no estaba en nuestras manos reabrir”.

Sin embargo, dijo, esto los ha hecho más fuertes. “nos enseña a ser más eficientes, gastar menos, tratar mejor a nuestros clientes, dar un mejor servicio y tratar de llegar a más gente, es cierto que hoy no tenemos los turistas de cruceros, pero a través de redes llegar a más clientes de hoteles y mercado local. A veces los que vivimos del turismo nos olvidamos de que hay un mercado local bastante grande que hay que mantener y conservar siempre”, destaca.

Además de los restaurantes, su familia tiene otros negocios como artesanías, joyerías y hospedaje, que en conjunto hacían más de 350 empleados (sólo en Palmeras eran 100 y en Pepe’s 35), pero como consecuencia de la pandemia, esta situación cambió. “Tratamos de aguantar, pero al final redujimos como 60 por ciento; ha sido una cuestión muy difícil, nos cuesta dejar ir a muchos empleados de tantos años, pero al final todo se reduce en la opción de rescatar la mitad para ver si sobrevive el negocio o perder todo. Son decisiones difíciles que todos los empresarios hemos tenido que tomar, porque hay que salvar la empresa”, aclara.

Luz en el panorama

 

Explica que diciembre de 2020 estuvo regular, pero a partir de enero la situación ha estado mes complicada, a raíz de las restricciones de viaje que impuso Canadá y Estados Unidos. “El enero más feo que habíamos tenido había sido en 2010, con 45% de ocupación, y en este año fue apenas de 20%, con la mitad de los hoteles cerrados, una cosa terrible”, comenta.

Sin embargo, confían que conforme avance la vacunación en Estados Unidos la situación mejore. “Toda esa gente que ha estado encerrada durante año y medio va a querer salir y va a buscar los destinos que les gusta, como la Riviera Maya, Cancún y Cozumel. Esperamos que cuando Estados Unidos tenga el 70% de su población vacunada, en septiembre, tengamos una muy buena temporada; vemos con buenos ojos el futuro”.

 

Falta de apoyos

Reconoce que el esfuerzo que tienen que hacer como gremio es mayor, ante la falta de apoyo del gobierno federal; “desde el inicio del sexenio, con la desaparición del CPTM, lo vimos venir; ese error fue catastrófico para nuestro sector, no hay recursos, el gobierno estatal está haciendo lo que puede; la aportación del turismo era importantísima, de 6% al PIB, y todo se desplomó”.

Además, señala, la cancelación del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México fue un golpe terrible. Esperemos que al menos mantengan la infraestructura, porque ya vimos apagones; entonces que si no nos ayuda, tampoco nos perjudique; que no nos quedemos sin luz, agua o gas. Aquí a Cozumel no han metido ni un peso del rubro federal. Confiamos que en algún haya un redireccionamiento de estas políticas, pues somos un destino muy resiliente como estado, pero nos han dado muchos golpes últimamente.

 

“Lo importante como empresarios, visitantes y locales, es seguir cuidándonos; no podemos relajar medidas, porque se elevarán los contagios y volveríamos a un semáforo rojo, a encerrarnos; sería un golpe mortal. Hay que enviar el mensaje de que Quintana Roo y particularmente Cozumel es un destino seguro; aquí tratamos de hacer el mayor esfuerzo para que nuestros clientes y visitantes estén protegidos”.

José Eduardo Becerra

Restaurantero

 

  • 60%

de la plantilla se redujo, derivado del impacto a la industria por la pandemia y sobre todo, por el retraso en los cruceros

 

 

  • 1976

se fundó el restaurante Palmeras, que se ha mantenido como ícono de Cozumel

 

  • 1981 nació

Pepe’s Restaurante, y desde entonces se ha ganado el gusto de locales y visitantes