Hace unos días me dijo un amigo, conocedor de política: “Las razones por las que llegó López Obrador a la Presidencia son exactamente las mismas que no le permiten gobernar con eficacia…”
Es necio, terco, voluntarioso y no escucha a nadie.
Y en el caso del turismo particularmente que tanto nos preocupa a muchos, el mensaje está suficientemente claro, no le interesa en lo mínimo, no existe ninguna voluntad para ese sector, el turismo es fifí.
Debe quedarnos claro a quienes estamos en el sector turismo que tendremos que ser proactivos, propositivos, creativos; lo suficientemente imaginativos para crear estrategias, esquemas y programas que nos permitan avanzar en esta industria sin contar con el gobierno federal, cuando menos por los siguientes cinco años y medio.
Tendrán que ser los empresarios, inversionistas, académicos, consultores y las comunidades turísticas quienes propongan e instrumenten los mejores esquemas de promoción; los fideicomisos privados y hasta programas de estímulos oficiales tendrán que provenir de la sociedad, ya que el turismo no figura en absoluto en la agenda presidencial y hay muchos y muy claros mensajes de ello, solo que hay quienes se rehúsan a verlos.
En el Plan Nacional de Desarrollo no se menciona al turismo como una actividad económica preponderante ni se le dedican planes y programas en absoluto, con la triste excepción del Tren Maya, un proyecto sin pies ni cabeza.
Durante décadas le hemos solicitado a los presidentes de la república y a sus gabinetes que no solo declaren al turismo una prioridad nacional, sino que lo cumplan en los hechos más allá del discurso; ahora tenemos que conformarnos con que el turismo por lo menos exista, por lo menos figure en el discurso, bueno, que el turismo sea un negocio serio y no una cosa fifí.
Antes queríamos un secretario de Turismo que fuera interlocutor de calidad, ahora quisiéramos un secretario que opine.
Antes queríamos transparencia en los recursos de promoción, ahora quisiéramos recursos.
Antes queríamos participar en el diseño de las estrategias, ahora quisiéramos que hubiera estrategia.
El asunto del sargazo será atendido por la Secretaría de Marina, y esa es la mejor noticia que hemos recibido en cuanto a nuestro sector desde que inició el sexenio. El presidente nos volteó a ver milagrosamente, se ocupó y dio instrucciones. Esperemos que haya estrategia, decisión y recursos.
Por lo demás estamos solos en esta industria sin chimeneas.
La inseguridad y la violencia tristemente continúan sin que se vislumbre estrategia ni voluntad en ningún orden de gobierno. Enfrentar directo, de frente y con mano de hierro a los delincuentes, sin miramiento alguno, sin piedad y sin cuartel no parece estar en la agenda y legalizar algunas drogas para acabar con la violencia tampoco, así que no se ve para cuándo…
Apúrense, señores, pónganse las pilas…
Mientras tanto, hagamos lo que sea por nuestra cuenta, para mantener al sector turístico y con ello el desarrollo económico de nuestras regiones.
Al buen entendedor…