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Revista Latitud 21
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NellyG

NellyG

Un viaje para expulsar al demonio

por NellyG 9 agosto, 2020

Al Buen Entendedor…

Por Sergio González

Luego de varios días con el coronavirus en el cuerpo y de que los medicamentos no hicieran el efecto deseado, pues continuaba la debilidad y el decaimiento, uno de mis hijos viene con su recién comprado oxímetro portátil, para atestiguar que saturaba oxígeno al 87 / 88%, situación que los hijos consideraron grave y que ameritaba ir al hospital.

Acompañado de mis hijos y mi novia Alice, me aproximé a Hospiten, donde no había camas disponibles en terapia intensiva, sitio que a decir de todos, tenía que llegar directo. Galenia no recibía enfermos de COVID-19 y me quedaba la opción del Hospital PlayaMed.

Llegamos sobre las diez de la noche del sábado 4 de julio al citado hospital, en donde me recibieron de inmediato.
Una vez dentro, en terapia intensiva, me quité la ropa, me despojé de cartera y reloj, para entregárselos a mi hijo Sergio.

Luego de decenas de preguntas, revisión de signos vitales, muestras de sangre y demás pruebas, me sometieron a tomografía, para finalmente, cerca de las 02:00 am, ser instalado en el cuarto número 14, donde iniciarían mi tratamiento.

No entraré en los detalles de lo ocurrido en ese cuarto a partir de aquella noche, por una parte, porque no los recuerdo bien del todo y por otra, porque ello me alejaría del relato que ahora quiero contarles.

No puedo precisar qué día, qué fecha, ni a qué hora, porque al parecer no tengo registro de ello, pero según mis propios cálculos, al cabo de una semana me di de alta de aquel hospital eventualmente “curado” del COVID-19 y muy agradecido con los doctores.

Sin embargo, algo o alguien me decía que aún tenía “al demonio dentro” y me empeñé en que había que sacarlo.
Uno de mis hijos, el arquitecto Alan, me dijo que sus amigos, los hermanos Pacheco, sabían de un “brujo” milagroso que te curaba con unos mariscos o algo así. Así que emprendimos el viaje en tres pequeñas lanchitas hacia un lugar desconocido. No recuerdo sobre qué costa, ni en qué dirección navegamos hasta llegar al sitio donde nos recibieron con cocos y de inmediato algún pescado que tampoco recuerdo bien. Lo destacable es que al final nos quedaron unas espinas anchas, clavadas en alguna parte del paladar que además de incómodas producían dolor y no había manera de sacarlas. Más tarde llegó al rescate un norteamericano que en una especie de submarino nos llevaría de aquel sitio hasta la clínica de un doctor inglés que habría de extraernos las espinas aquellas.

Cruzamos una bahía para llegar a una isla exuberante, y en ella había un sitio todo de madera fina, bien acabada, que parecía una clínica de rehabilitación, operada por el doctor inglés y su hija, que se especializaban en la cura contra el COVID-19.

Luego de horas en aquel lugar, no nos inspiró confianza, ni el sitio, ni el británico y “nos escapamos”.
Finalmente, terminamos en alguna costa en medio de una especie de celebración bajo el agua, con música, bullicio y gente que nadaba-bailaba alrededor de diminutas langostas. Recuerdo con angustia que quería salir de aquel lugar, pero me resultaba imposible llegar a la costa, hasta que finalmente concluía la música, el ruido y todos salían del agua. Me sacaron cargando entre varios y decían que tenían que hacerme un tratamiento. Recuerdo que mi hijo Alan, me dijo alarmado que tenía un pedazo de cristal en un oído. Y guardo aún en la mente que me tuvieron horas en la playa temblando de frío.

Pasada la noche y ya sin frío, continuaba el plan que me había trazado con Alice de viajar a Macao. No sé cuántas horas de vuelo, ni qué clase de avión nos transportó, pero llegamos a Macao, desde donde recuerdo claramente haberle llamado a mi buen amigo el doctor Sergio Cardoso, director Médico del Hospital PlayaMed, para contarle que estábamos por allá con el propósito de “sacarme el demonio”. Mi tocayo me dijo: “pero ¿qué haces ahí? si yo ya te curé de eso acá.” le dije: “quiero asegurarme, tocayo”.

Llegamos a un hotel de lujo cerca de la playa. Nos recibieron en una palapa central muy grande y me llevaron directo a una cama cuadrangular colgante, que era como una jaula de bambú. Antes de subirme a ella, me pidieron forma de pago e identificación. Le entregué entonces mi cartera a Alice para que se ocupara, señalándole en especial mi tarjeta del Seguro GNP y mi credencial del INE.
Acto seguido, un chino me subió a la cama antes mencionada, me pusieron boca abajo y me ataron. Luego elevaron la cama que flotaba en el aire y se columpiaba suavemente. Alice y mi madre, que se había incorporado a la escena, me observaban desde la playa y yo las veía con nostalgia a través de las rendijas de bambú.

Casi de inmediato, obscureció y empecé a tener alucinaciones. Tenía múltiples visiones, todas en blanco y negro. Eran más como sombras. Veía pequeñas tribus de nativos bailando alegremente, daban muchos brincos y todos pasaban muy junto a mí. La escena cambiaba luego por mujeres negras con vestidos muy folclóricos que también bailaban sin cesar. Había también unos animalitos muy curiosos, casi simpáticos, que brincaban en dos patas avanzando siempre hacia mí. Todas las imágenes iban acompañadas con ritmo de tambores.

Eventualmente, el chino aparecía debajo de mí deslizándose como en una tabla corrediza debajo de la cama, supervisaba algo y se desaparecía de nuevo deslizándose; sus movimientos eran muy rápidos.
Parecía que el chino era el responsable de cambiar las escenas que alucinaba, porque de repente hacía un movimiento fugaz y la cama flotaba hacia un interior del hotel, como a un gran lobby y la escena era instrumentos musicales como de una gran banda, todos en sombras negras y en miniatura. Esa escena duraba muy poco, pero se repitió varias veces durante la noche.

El estar atado y boca abajo empezó a cansarme y comencé a llamar al chino para que me soltara, ya quería bajar de ahí, pero mi voz no era escuchada mientras que las imágenes de los danzantes, los animalitos, las sombras de bicicletas y los instrumentos musicales seguían apareciendo.
Casi al amanecer sentí que la cama bajaba hacia la playa y me alegré, y a través de las rejillas de bambú vi a Alice y a mi madre haciendo una especie de baile, parecido al de las tribus. Movían los pies a gran velocidad como dando pequeños brincos con los que parecían estar pisoteando insectos, o apagando alguna braza encendida.
Nuevamente cambié de escenario sin saber cómo, ni cuándo llegué a él. Me quedé sin la dicha que anhelaba de abrazar a Alice y a mi madre y repentinamente estaba sentado en una gran silla de alguna madera preciosa rojiza que estaba a la entrada de lo que parecía un templo.

Quería levantarme de ahí para ir en búsqueda de mis acompañantes, pero una gran almohada pesada que me aprisionaba el pecho, me lo impedía. Sentía fatiga y sensación de no poder respirar, como en la cama flotante, nuevamente me sentía atado de alguna manera. Empujé y empujé con todas las fuerzas de mi cuerpo y logré sacarme de encima la gran almohada para atestiguar que no era una almohada, sino el chino.

El chino se incorporó muy molesto, luego del empujón, me miró con cara amenazante y volvió a reposarse sobre una parte de mi cuerpo casi asfixiándome con su humanidad.
Entrada la mañana no vi pasar decenas, sino centenas de monjes vestidos de negro que acudían sonrientes a una especie de encuentro. Llegaban de todas partes, se tomaban fotografías y sonreían, algunos me saludaban inclinando la cabeza y algunos otros hasta pedían una foto conmigo, pero el chino se los impedía. Parecía una convención de monjes y mi silla se encontraba a la puerta del recinto.
Luego de horas, cambié de escenario sin saber una vez más con precisión cómo llegué ahí, aunque esta vez tengo casi la certeza de que el chino me llevó ante mis constantes reclamos de que me liberara.

Me llevó hasta un punto de la ciudad en donde se detuvo una gran limosina de color negro. Me hicieron entrar en el auto de lujo y ahí vi a un gran señor; era un chino, grande, robusto, vestido de traje obscuro, acompañado de otras personas que parecían sus súbditos. El chino jefe, con un gesto amable, me invitó a sentarme cerca de él.
Al poco tiempo, no me explico cómo, pero nuevamente yacía en el piso de la limosina y el gran chino, el jefazo, era ahora quien me asfixiaba con su tremenda humanidad.
Hasta atrás del lujoso vehículo, viajaba un personaje de aspecto occidental que tomaba algún licor en copa gigante de cognac y fumaba un puro echándome todo el humo en la cara mientras sonreía.

En algún momento el gran jefe se dirigió a mí y me dijo: “la familia de tu mujer también ha contraído el virus”. No sabía cómo, ni de dónde, él había obtenido tal información, pero parecía muy seguro. Luego la limosina se detuvo frente a un restaurante, aparentemente de lujo, y podía ver a través de las ventanas, a mi novia Alice, a su madre, a mi amiga española Amalia y a mi cuñada “La Popis”. No pude hablar con ninguna de ellas, sólo las observé; traté de hacerme un selfie para enviárselas, pero me fue imposible y luego la limosina avanzó. Me quedé con esa imagen en la mente y la tengo clara hasta hoy.

En algún punto de la ciudad descendió el gran jefe, se quedaron los demás y a mí me dejaron atado. Más adelante se marchó el hombre del puro y al parecer sólo nos quedamos el chofer, a quien nunca pude ver, mi eterno guardián el chino y yo.

Insistía de todas formas para que me desataran y me dejaran bajar del vehículo, pero nadie me escuchaba. Yo no los podía ver, estaba en el piso en algún lugar de la limo y desde ahí solo hacía ruidos para llamar su atención.
En algún punto me sentí aterrado, luego de dar vueltas por quién sabe que sitios, cuando escuché a alguien decir, algo como “yo no sé, a mí solo me piden que abandone los cuerpos”…

Empecé a sospechar que pretendían ahora deshacerse de mí.
Finalmente, luego de horas a bordo de aquel auto y al parecer muy lejos de la ciudad, llegamos a una especie de establo, ahí bajamos el chino y yo, y el auto se marchó.
El chino que me llevaba atado de una mano a él me introdujo en un cuartucho reducido que parecía como una bodega del establo y que olía a caballos.

Ahí me puso en el piso, me ató una mano a la pata de un mueble y la otra la enganchó en alguna parte de un baúl, luego me aventó una almohada y me dijo: duerme.
Yo no podía dormir, estaba exhausto, harto de estar atado, ansioso por ver a mis seres queridos y ahora también temeroso. Le dije al chino: “mejor llévame con los míos, ya estoy curado” … él solo respondió: será mañana.
Más tarde, alguien llevó a la misma choza a mi hijo Lester. Lo pusieron junto a mí con la misma instrucción, “duerme”. Me parece que él no estaba atado.
Recuerdo haber estado muy molesto con Lester porque se ponía a chatear con su celular que emitía un ruido al enviar cada mensaje y me parecía que con tanto ruido no dejaríamos dormir al chino y menos querría llevarme al día siguiente temprano con mi gente.

Por la madrugada, casi al amanecer, insistí de nuevo al chino, quien dormía dentro del baúl, para que me llevara, asegurándole que ya se me había salido el demonio y que estaba curado.
Finalmente, el chino se puso de pie, me vendó los ojos y salimos. Era una fría mañana y podía escuchar los jadeos y ruidos que emite un caballo. Eso me hizo pensar que el chino me llevaría a caballo hacia mi destino.
Luego de un rato de sarcasmos, burlas y charla sin sentido entre el chino y una mujer, me di cuenta de que se estaba burlando de mí y que nunca me llevaría.

Al reclamárselo al chino, sin tener muy claro, porque no lo recuerdo, cómo lo hizo, ni cuáles son los detalles, pero me cambió de sitio y me dejó atado y abandonado en la rústica vivienda de unos mariguanos que al parecer vivían en una suerte de comunidad. “Mariguanos” digo, porque al parecer, sembraban, vendían y consumían mariguana.
Entre ellos había una mujer europea, una anglosajona de cabellos rubios largos y sucios que apenas hablaba, parecía la mujer del líder.
Cuando me encontré sólo con ella, le dije “oye, tú pareces buena persona, desátame, por favor, te lo ruego, no me maten”. Estaba seguro de que me querían matar, quizá era el encargo del chino, y de que me ejecutarían por escaso dinero.
Luchando solo como podía y tallando mi brazo contra el catre en el que me encontraba, me fui quitando uno de los amarres, mientras le rogaba a la europea que me liberara.
Repentinamente aparece su pareja, el lidercillo del grupo y dice en tono irónico “mucha conversación por aquí ¿no?”, mientras veía con molestia mi brazo derecho casi libre de las amarras y a la mujer le dedicaba miradas de reclamo.

Me armé de valor y le dije: “mira, yo sé que quieren matarme, no sé cuánto te paguen, pero si nos llevas a mi hijo que está en el establo y a mí al hotel y nos dejas vivir, te pago 90 mil pesos en efectivo, te los entrego apenas lleguemos al hotel”. Se puso en cuclillas, me miró fijamente y luego la miró a ella. Se hizo un silencio. Finalmente se puso de pie, salió de la habitación y se dirigió al cuarto contiguo desde donde se escuchaban las conversaciones. Había otra pareja ahí y un hombre solo. El líder se aproximó a ellos y les expuso mi oferta. Luego de unos segundos de silencio, la mujer dijo: “podríamos comprar una carcacha”. Uno de los hombres interrumpió para decir: “mejor sembramos mariguana, pronto habrá turistas y la podemos vender muy bien”; hubo risas y comentarios, hacían planes sobre cómo gastarían el dinero y cómo lo repartirían; luego hablaron con entusiasmo sobre llevar una libreta y en ella anotar todos los gastos.

Aquella discusión era música para mis oídos, parecía que aceptarían mi oferta. El líder se aproximó hacia mí y me dijo: “está bien, salimos mañana por la mañana”. Di gracias al cielo en silencio. ¡quería vivir!

Estaba por venir un difícil e incómodo viaje de cuatro horas en alguno de sus destartalados vehículos, pero me motivaba pensar que pronto podría abrazar a Alice y contarle esta terrible experiencia.
Un grupo saldría primero con Lester a bordo, con quien no había podido hablar nada, ni decirle que sospeché que querían matarnos, ni de mi plan para salvarnos. Pensaba que si ellos llegaban antes que yo al hotel, Lester tendría que hablar con mi amigo Alberto, el español, quien seguro ya estaba ahí, tanto para sacarse también el demonio, como para buscar a Amalia, quien habría llegado antes, y que le facilitaría el efectivo prometido para nuestros captores; Alberto siempre lleva efectivo consigo, pensé.

Mi transporte se demoraba en partir y recuerdo que el líder y la mujer europea se repartían múltiples quehaceres en la casucha y alimentaban a los perros, yo sentía mucho frío.
Hasta ahí recuerdo con claridad. Luego algo debió haber pasado que frustró mi traslado, pues según me pudieron contar en el hospital aparecí abandonado en la arena, semiinconsciente y temblando de frío.

Alguien me recogió y me llevaron al hospital.
Recuerdo haber esperado largas horas en la recepción de un hospital a que llegara un médico que me revisaría; escuché a alguien decir que tenía arena en los pulmones. Luego me internaron y un doctor me explicó que me tendrían que entubar.
Pasados unos días llenos de incomodidades, un doctor me dijo que había llegado la hora de extubarme, práctica que llevó a cabo estando yo consciente.

Al día siguiente vino un doctor diferente y me dijo con claridad que ahora todo dependía de mí, si me movía, si no respiraba bien, si no tosía como es debido, me podrían volver a intubar. Pasé la noche casi inmóvil, muy incómodo, tosiendo de vez en vez y tratando de acatar todo lo que aquel doctor dijera, al día siguiente vendría a revisar mis pulmones y si quería salir de ahí, estos deberían verse mejor.

A ese doctor nunca lo volví a ver. A la mañana siguiente vino otro doctor muy amable y me dijo: Don Sergio, felicidades, va usted muy bien, ahora le informamos a sus hijos.

Me quedé perplejo, mis hijos ya sabían que estaba yo ahí, así que seguramente lo sabrían también Alice y mi madre, eso me alegró un poco. No sabía cómo se llamaba el hospital, ni dónde estaba exactamente, pero tendría que ser un lugar próximo a Macao…

Preguntando a los enfermeros indagué que el hospital pertenecía a Grupo PlayaMed, me pareció sumamente extraño.

Luego me llegó la sorpresa de ver a mi hijo Sergio parado en la puerta de la habitación, hasta ahí podía llegar, no le dejaban acercarse más a mí. Me dio mucho gusto verle y lo primero que le pregunté fue sobre quién se había hecho cargo de pagarle a los “mariguanos”, a los “malosos” y cómo se encontraba Lester. Me dijo:
-Todo bien Papá, ya no te preocupes de nada.
– ¿Pero debo algo aún? insistí.
– Todo bien papito. ¿Confías en mí?
– Sí, por supuesto.
– Entonces tranquilo, todo está bajo control.

Luego le dije a través de la enfermera que me quisieron matar y me dejaron tirado en la arena, pero me salvé. Mi hijo sólo sonrió y me dijo: descansa, mañana vengo a verte.
Hasta ese momento, no sabía que estaba en el Hospital PlayaMed de Cancún.
Por la noche una muy amable enfermera logró que mi hijo se comunicara conmigo a través del celular de ella, lo saludé muy angustiado, le pedí que no me abandonara y quedamos en una hora exacta para vernos al día siguiente. Le pedí también que le dijera a Alice, por favor, que me llamara a ese número de mi amable enfermera, Jenifer, me parece que era su nombre.

A los pocos minutos me llamó Alice y la vi por videollamada, me emocioné muchísimo, le dije que la amaba y que estaba feliz de estar vivo. Le dije que nos casaríamos pronto. Fue una linda llamada; no había sabido nada de ella desde que me bajaron de aquella cama flotante, rodeada de bambú.
Luego de colgar, Alice le envió a Jenifer una canción italiana, “Un Nuovo Bacio” de Gigi D´Alessio, nuestra canción, en una hermosa versión traducida al español, y le pidió que me acercara el teléfono para escucharla y así lo hizo Jeny.
Escuché la canción y rompí en llanto. Jennifer me tomó de la mano cariñosamente y me permitió llorar por unos minutos.
Luego me preguntó más detalles sobre Alice y nuestra relación y le conté como pude, lo que pude. Fue un lindo momento.
No dormí bien y tuve sueños y pesadillas diversas como todas las noches desde aquella, casi hasta el día de hoy.

Al día siguiente vino mi hijo, más tarde de la hora acordada y le regañé por la demora, estaba ansioso por hablar con él y que hiciéramos planes para salir del hospital lo antes posible. Ya no recuerdo si fue esa mañana o la siguiente, pero por fin se despejaron muchas dudas. Al empezar a contarle a mi hijo los detalles de mi experiencia en Macao y cómo estuve cerca de perder la vida, se sonrió y me dijo: “Papá, tú no viajaste a ningún lado, nunca saliste de este hospital desde el 4 de julio” …
– Fue un “chochote”, papi. Para que veas el poder de los fármacos que te dieron.

Imaginarán mi cara de sorpresa y las risas calladas de Chuy, mi enfermero que había escuchado parte de mis historias. Le pedí a Sergio que me contara los detalles, y me hizo un breve resumen sobre mi estadía y las complicaciones, porque la historia era larga.

Mi hijo no podía ocultar su cara de felicidad al verme vivo, lloramos juntos; había despertado del coma dos días antes y me estaba poniendo al día.
Hace un par de días, hablé por teléfono con un neumólogo muy reconocido, quien fue un gran asesor de mis hijos en este proceso y me dijo: “Don Sergio, no sabe la enorme alegría que me da escucharlo y saber que está en recuperación. Su caso de supervivencia es uno de los pocos del mundo para un paciente entubado y con ese cuadro. Felicidades. “

Mis hijos perdieron a su madre hace algo más de un año, y yo no podía permitir que ahora perdieran a su padre, así que fue esa, una de las razones por las que luché.
Dios es grande y los milagros existen. Y sin duda mi fortaleza física y mental contribuyeron para que al final pueda contar esta historia. Gracias Sergio y Lester por todo.

Hoy me recupero en casa con los cuidados y cariño de Alice.
Vencí al COVID19.

Visit México, de mal en peor: promueve destinos con pésima traducción y errores

por NellyG 7 agosto, 2020

No ha terminado de salir de un escándalo Visit México y ya tiene encima otro. La página oficial con la que la Secretaría de Turismo, que estuvo caída varios días, ahora promueve los destinos del país con nombres erróneos.

Debido a conflictos por supuestos problemas de pago de las empresas a las que la Sectur encargó el servicio, Braintivity y Tecnocen, la página estuvo fuera de operación e incluso con mensajes que todo mundo vio, evidenciando el conflicto.

Visit México, reflejo del poco interés del gobierno federal por el turismo

Mala traducción

Ahora resulta que ya entró en funciones otra vez, pero con errores. En la versión en inglés, donde invitan a los extranjeros a visitar los destinos de nuestro país, se encuentran nombres de ciudades con datos mal o, peor aún, con traducciones ilógicas.

  • Guerrero se llama ¡Warrior!
  • Hidalgo aparece como “Noble”
  • “Hidden Port” es Puerto Escondido
  • Progreso aparece como “Progress”
  • Nuevo León, por supuesto es ¡New Lion!
  • Tulum es traducida a “Jumpsuit”.
  • Torreón aparece como Turret
  • Villa del Carbón aparece como “Coal Village”
  • Y sí, Cuatro Ciénegas es «Four Ciénegas»

¿A quién se le ocurre “Jumpsuit” en vez de Tulum?

Quintana Roo es uno de los estados afectados con estas traducciones fake, pues a Tulum le pusieron “jumpsuit”, que es un término en inglés para una prenda de ropa.

Otra más en Quintana Roo: «Women Island»… para invitar al hermoso municipio de Isla Mujeres Pueblo Mágico.

Y qué decir de Yucatán, que a su famoso puerto de Progreso le pusieron “Progress”.

Hidalgo fue otra de las “víctimas”, pues su nombre aparece como “Noble”, un sinónimo en inglés que significa generoso.
Sin duda uno de los que más polémica en redes causó es Guerrero, el bellísimo estado donde se ubica Acapulco. Ahí aparece como ¡Warrior!

Oaxaca, otra entidad importante en el sureste de México, también recibió su ración de error: “Hidden Port” es ni más ni menos que Puerto Escondido.

Visit México también llama a la gente a visitar “Turret”, que en inglés significa pequeña torre, en vez de Torreón.

En el Estado de México, promociona a “Coal Village”, traducción literal del inglés para Villa del Carbón.

Como esos, hay muchos otros errores que en nada ayudan a la promoción de los destinos de la República Mexicana.

Tampico, ¿Capital de Tamaulipas?

Por si fuera poco, hay descripciones con errores de geografía, como la ciudad de Tampico que la describen como “capital” de Tamaulipas. Tremendo error, pues si bien Tampico es una de las ciudades más importantes de ese estado, la capital realmente es Ciudad Victoria.

Hasta ahora, la Sectur ni su titular, Miguel Torruco, se han pronunciado al respecto, a pesar de que las críticas por estos fiascos ya están escalando niveles internacionales.

Riviera Maya y Cancún, en top de destinos de viajeros mexicanos

por NellyG 7 agosto, 2020

Riviera Maya y Cancún se ubican en el top 3 de destinos preferidos por los viajeros mexicanos para llevar a cabo su primer viaje post pandemia.

Después le siguen Puerto Vallarta y Mazatlán, según Despegar, la empresa de viajes online líder de Latinoamérica.

«Para su primer viaje post pandemia, los mexicanos buscarán visitar espacios abiertos y no tan concurridos; es por ello que los destinos de playa están siendo los más solicitados, pues también quieren estar en contacto con la naturaleza.», señaló Ezequiel Rubin, Country Manager de Despegar en México.

Entre las principales razones que tienen los mexicanos para elegir el Caribe Mexicano como primer destino para un viaje post pandemia se encuentran:

● Para vacacionar y descansar.

● Por una razón particular del destino.

● Les gusta el lugar.

● Es un viaje anhelado.

● Estaba programado antes del Covid-19

Despegar también revela que 41% de los viajeros mexicanos espera de su primer viaje post pandemia relajarse y desconectarse.

Así que, ¿qué esperas? A planear tu próximo viaje, que el Caribe Mexicano te espera.

Destaca AMResorts en las 500 empresas más importantes de México

por NellyG 7 agosto, 2020

AMResorts, empresa de Apple Leisure Group, se posicionó una vez más dentro del ranking de las 500 Empresas más Importantes de México de acuerdo con los resultados obtenidos por la prestigiada revista de negocios Expansión.

En la edición de julio de 2020 destacan a la mayores compañías del país según su nivel de ventas.

Ahí, AMResorts ocupa la posición 122 dentro del ranking 2019, manteniéndose como la empresa líder en el sector de “Hotelería y Turismo”.

Orgullo

“Estamos muy orgullosos de que AMResorts forme parte del ranking de las 500 Empresas más Importantes de México, y es todavía más gratificante que sea la empresa número uno del sector hotelero”, resaltó Alejandro Reynal, CEO y Presidente de Apple Leisure Group.

Como cada año, la revista publica su edición especial de las “500 Empresas más Importantes de México”, cuyo objetivo es entregar una visión general sobre las principales empresas mexicanas en los diversos sectores económicos.

En una convocatoria abierta, la revista invitó a más de 2,500 empresas, públicas y privadas, mexicanas y trasnacionales, solicitando información general y datos financieros resumidos, que se incluyen en el listado.

Para las empresas mexicanas se consideran las operaciones en el país y extranjero, y para las empresas trasnacionales sólo lo generado por sus operaciones en territorio nacional.

“Hemos logrado posicionarnos en la preferencia de los turistas nacionales e internacionales que llegan a México, por nuestros servicios e instalaciones de alta calidad que hacen la diferencia en cualquier destino”, comentó Gonzalo del Peón, Presidente del Grupo AMResorts Américas y Comercialización Global.

“Buscamos mantenernos en esa posición aún cuando el entorno actual nos pone como reto principal que el huésped pueda vivir una buena experiencia, sin sacrificar diversión por seguridad para lo cual hemos creado un nuevo programa de calidad, seguridad e higiene de 360 grados CleanComplete Verification™”

Yucatán recupera 40% de su conectividad aérea

por NellyG 5 agosto, 2020

La “Nueva Normalidad” trajo buenos resultados para Yucatán en conectividad, al grado que ya alcanzó más de 40% en vuelos nacionales.

Esto es gracias a los esfuerzos de autoridades de turismo y de Grupo ASUR, concesionario del Aeropuerto de Mérida.

Así, después de varios meses que las aerolíneas redujeron su frecuencia de vuelos por la pandemia y a las disposiciones recomendadas a nivel federal, a partir de junio Yucatán comenzó con un proceso gradual de reactivación de su industria aérea en el Aeropuerto Internacional de Mérida, recuperando en agosto 42 por ciento de su frecuencia de vuelos nacionales.

Operatividad por aerolínea

Volaris

La aerolínea con el mayor número de rutas a Yucatán ya incrementó 109% de sus operaciones, reactivando las rutas nacionales Mérida-Monterrey, Mérida-Guadalajara y Mérida-Tijuana además de su ruta a la Ciudad de México

Interjet

Abrió dos vuelos diarios de la Ciudad de México a Mérida duplicando la frecuencia semanal de 7 a 14 vuelos incrementando un 50% su operación

Aeroméxico

En su ruta Ciudad de México a Mérida aumentó de 33 a 40 vuelos semanales a partir de agosto

Viva Aerobús

Ya activó 18 vuelos semanales en las rutas de México – Mérida, Villahermosa – Mérida y Monterrey – Mérida.

Michelle Fridman Hirsch, secretaria de turismo de Yucatán, comentó que esto es reflejo del trabajo realizado para colocar a Yucatán como un estado comprometido con visitantes y con la industria turística.

Dijo que continuarán trabajando “para que se cumplan los compromisos marcados en el Plan de Reactivación Turística hacia la cadena productiva del turismo de Yucatán».

Suman fuerzas Aeromar e Interjet en rutas locales

por NellyG 5 agosto, 2020

La pandemia dio paso a una nueva era en la que las alianzas conjuntas son clave. Aeromar e Interjet lo saben bien y por eso acaban de concretar un pacto.

Así, comprometidas con México, estas aerolíneas unen fuerzas con el objetivo de reforzar y aumentar las opciones de conectividad aérea en el país con grandes beneficios para sus clientes.

Con esta alianza, los pasajeros de negocios y placer tendrán más y mejores opciones para viajar, con la calidad en el servicio que distingue a ambas aerolíneas.

Posibilidades en el servicio

De este modo, se podrán reservar o combinar vuelos de Aeromar con destinos operados por Interjet, conectando Ciudad de México, desde y hacia:

  • Monterrey
  • Tijuana
  • Guadalajara
  • Puerto Vallarta
  • Villahermosa
  • Mérida
  • Chetumal

Asimismo, Interjet participará en la venta de destinos de Aeromar, como son:

  • Acapulco
  • Oaxaca
  • Puerto Escondido
  • San Luis Potosí
  • Veracruz
  • Ixtapa/Zihuatanejo
  • Guadalajara-Puerto Vallarta

De manera inicial estarán comercializando estas rutas, pero la idea es que en el corto plazo amplíen el acuerdo para cubrir toda la red de rutas de ambas aerolíneas.

Es decir, más destinos, mejores horarios y mayor flexibilidad para nuestros pasajeros.

Protocolos sanitarios

Aeromar es la línea aérea con la flota más moderna de México, líder en vuelos regionales, con la mayor trayectoria ininterrumpida en el país con 32 años, que son sinónimo de compromiso y excelencia en el servicio.

Sumado a lo anterior y por la seguridad de todos sus viajeros, colaboradores y proveedores, Aeromar cuenta con los más altos protocolos de higiene y bioseguridad, siendo incluso pionera en la aplicación de pruebas COVID certificadas, para preservar la salud e integridad de todos los viajeros a bordo de cada vuelo.

De este modo, Aeromar confirma su vocación y continúa con su misión de conectar personas, historias y experiencias que impulsan regiones.

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