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Revista Latitud 21
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Bitácora de Viaje XXXI

por NellyG 1 febrero, 2023

 

 

LA FORMA MÁS EFECTIVA DE DESTRUIR A LAS PERSONAS ES NEGAR Y BORRAR  SU PROPIA COMPRENSIÓN DE LA HISTORIA.

-GEORGE ORWELL

 

Frecuentemente he pensado en el tema.  Desde niño, incluso.  Alguien me robó la idea más adelante e hizo con ello una película retadora: “Truman Show” (sí, Jim Carrey sabe actuar). Cuando tuve la confianza suficiente para externar mi duda existencial, me di cuenta que no era el único que percibía algo que no marchaba bien con el orden que me habían platicado sobre el universo. En mi (¿paranoia?) jugaba con la idea de que todo lo que me ha pasado desde el inicio de mis recuerdos hasta la fecha, ha sido minuciosamente coreografiado y orquestado; pero no me refiero a esa presentación que algunos hacen de Dios como un gran titiritero. El asunto es más íntimo. Tú y solo tú eres el objeto de una investigación realizada por inteligencias sin prisa o con una percepción del tiempo decididamente distinta a la tuya.  Mi experiencia infantil, juvenil, adulta. Mis afectos, mis reacciones de alegría, ira, odio, perdón. Mis amores y rupturas. Mis viajes. Nada ha sido real. Un profesional equipo de efectos especiales se ha encargado de maquillar y dar forma hasta convencerme, convertirlo en cotidianidad. En otra variante paranoica, pudiera ser que el engaño comenzó esta mañana y todos los recuerdos fueron implantados. ¿Quién podría afirmar lo contrario? El hinduísmo le llama Maya, apariencia, ilusión. Nada es real; todo está en tu cabeza.

AFUERA…  AFUERA TÚ NO EXISTES, SÓLO ADENTRO…

– CAIFANES.

 

Claro, las hermanas Wachowski siguieron alimentando esta antiquísima idea oriental de vivir en una realidad prefabricada y siniestra. Muchos se preguntan sobre la veracidad del aquí y el ahora. La misma física cuántica de la mano de Heisenberg, abre la puerta con su incertidumbre subatómica dejando la incógnita de si esta realidad que estoy viviendo ha sido así siempre o tengo esa impresión y hace cinco minutos era otra cosa completamente diferente de la que no tengo recuerdo porque fui “reseteado” por fuerzas incomprensibles, parafraseando a Hamlet, “… más cosas en el cielo y en la tierra, Horacio, de las que han sido soñadas en tu filosofía”.

Pero dejemos estas angustias existenciales y volvamos a la certidumbre cotidiana de que estamos en un aquí y en un ahora. En 1944, la película “Gaslight” arrolló en taquilla, recibió siete nominaciones para los premios de la Academia de Hollywood. No les “espoilearé” mucho la trama; si acaso, una breve sinopsis, porque la cinta es un refrito de otra película inglesa y ésta, a su vez, de una exitosa obra de teatro. Una pareja de recién casados (Ingrid Bergman/Charles Boyer), quienes apenas llevaban un par de semanas de conocerse, se van a vivir a una vieja casona propiedad de la difunta tía de la esposa. Con el tiempo, comienzan a suceder cosas extrañas, como que las lámparas iluminadas por gas, muy al estilo del siglo XIX, bajan su intensidad de luz de manera inexplicable y extraños sonidos parecen provenir del ático. Y aquí es donde el thriller psicológico se empieza a desenvolver con toda la maestría del director George Cukor. El marido insiste en que todo tiene su origen en la imaginación de su cónyuge, hasta que ella misma va dudando de su salud mental. No les cuento el resto porque vele la pena que busquen desesperadamente esta joya, pero más o menos, los más avispados ya irán imaginando de qué voy con todo esto. Unos treinta años más tarde, la ciencia que estudia la conducta humana haría un acertado homenaje nombrando con el título de la cinta a un abuso psicológico que nos desnuda de pies a cabeza. Hoy, “gaslighting” se refiere a una forma de manipulación mediante el manejo torcido de la realidad por gente muy hábil. Por lo general, llevan el engaño a una refinada forma de arte que toma su tiempo, como el esposo de la protagonista (Charles Boyer), intentando convencerte de que hiciste o dijiste o pensaste lo que en realidad nunca sucedió. Sí, la mayoría de las víctimas son mujeres, pero también funciona en el mundo de los negocios, las extorsiones telefónicas o por mensaje de texto (en donde terminas creyendo que quien se hizo pasar por tu lejano primo de Tijuana era quien decía ser porque poseía información que nadie más tenía. Mentira; tú se la proporcionaste y jamás te diste cuenta). Y también y allá vamos, en…

Política.  En 2018, el Oxford English Dictionary, el más completo y veraz de la lengua inglesa, eligió “gaslighting” como su palabra del año. No por capricho; el éxito y sobrevivencia de una voz radica en su vigencia y repetición. Los calificativos, que a veces son verbos, necesitan, como los virus y bacterias, un huésped, una diana hacia dónde apuntar, y el personaje que hizo revivir la palabra en el mundo anglosajón por su delirante narrativa no era otro sino el presidente en turno de los Estados Unidos de Norteamérica: Donald Trump.  Como si llevara el manual populista al pie de la letra (en realidad si tiras pa’la derecha o pa’la izquierda es irrelevante), el multimillonario color naranja dio cátedra de cómo “voltear la tortilla” culpando a todo mundo de sus propios yerros, haciéndose la víctima y lanzando promesas desencadenando el aplauso rabioso de su base dura de votantes compuesta mayoritariamente por WASPS (anglosajones blancos protestantes). Su discurso de odio, victimización y revanchismo tuvo consecuencias trágicas tiempo después con el intento de una pandilla de adoctrinados de asaltar ni más ni menos que el Capitolio, sede del poder legislativo norteamericano. Sí, triste ejemplo que afianza el significado de una palabra. Te lo digo Juan pa’ que lo entiendas…

Hoy, si dudaban de la versatilidad del vocablo o del alcance de la aplicación, no necesitas ser Truman o Neo o el personaje que interpretó Ingrid Bergman (quien por cierto, ganó el Oscar por su actuación) para vivirlo plenamente.  Hoy, todos los días, siempre habrá un sinvergüenza empeñado en hacernos creer que todos somos culpables de los males de la relación, la empresa, la comunidad, el país, el planeta.  Ellos, como dirigentes, son víctimas inocentes e impolutas de conjuras, complots, maleficios y malas vibras, y como buenos vendedores de aire caliente, terminas comprando su delirio. La luz ilumina hasta que se acaba el gas de la lámpara. Bien lo puso Calderón de la Barca:

“Sueña el que a medrar empieza, sueña el que afana y pretende, sueña el que agravia y ofende, y en el mundo, en conclusión, todos sueñan lo que son, aunque ninguno lo entiende.”

Iñaki Manero.

 

 

Los retos 2023

por NellyG 1 febrero, 2023

 

El año 2022 superó todos los récords en cifras de turismo, muy por encima de lo anticipado. Debemos confesar que todos anticipábamos que la recuperación después de la pandemia sería larguísima, hasta mediados del 2023 o más aún, pero llegó mucho antes de lo esperado y los números han sido mucho más halagüeños que lo pronosticado. Sin embargo, hay que decir que el caso
de México es muy diferente al de otros destinos turísticos del mundo, por el simple hecho de que aquí no hubo restricción para la entrada de turistas; nunca se exigieron pruebas anticovid negativas para el acceso al país, ni vacunas, ni restricciones de ningún tipo, a diferencia del resto de destinos del mundo. Ese
solo hecho hizo que millones de viajeros del mundo y particularmente de Estados Unidos voltearan sus ojos hacia México y muy especialmente hacia el Caribe Mexicano; sumado desde luego al enorme atractivo de nuestros destinos, lo que por ningún motivo se puede soslayar.
En adición a la inconmensurable belleza de nuestros destinos, de nuestros recursos naturales, de nuestras hermosas playas, de la gastronomía mexicana, la calidez de nuestra gente, hay que sumar factores muy importantes como la tremenda conectividad del aeropuerto de Cancún, con los buenos oficios
de ASUR, y de manera significativa la muy destacada estrategia de toda la hotelería y de TODOS los escenarios de ocio en el asunto de la prevención y los protocolos de higiene implementados, que sin duda fueron ejemplo para el mundo.
No sólo Cancún y la Riviera Maya, sino Puerto Vallarta y Los Cabos en el pacífico mexicano, fueron ejemplo de disciplina, innovación y mejora continua en protocolos, información al viajero, sana distancia, aplicación de pruebas, etc., tanto en hoteles como en parques temáticos, centros comerciales, restaurantes y aeropuertos, particularmente el de Cancún, estupendamente gestionado por ASUR.
Todo ello ha contribuido a que México y sus destinos se hayan reposicionado en el top ten del mundo y que las cifras del 2022 hayan estado por encima de lo esperado, pero no se debe, hay que decirlo, a ninguna estrategia de promoción de los gobiernos, ni locales, ni mucho menos federal, sino a la ausencia de restricciones por el Covid, lo que nos debe hacer pensar en los retos para el 2023, ahora que todos los destinos del mundo han abierto sus fronteras y que se ha fortalecido la promoción y el marketing institucional de todos.
Mas allá de la promoción, asunto, en el que México es débil últimamente, debemos pensar en los retos que suponen la inseguridad, los interminables y penosos casos de piratería turística, que se da por doquier, como
en el caso de los transportistas clandestinos del aeropuerto de Cancún; las agencias fantasma (defraudadores profesionales), la invasión de vendedores ambulantes en el sitio arqueológico de Chichén Itzá -que al momento de escribir esto, tienen secuestrado el sitio, ante la inacción del Gobierno-; las
constantes amenazas de bloqueo por parte de taxistas, que se resisten a la entrada de Uber; el monopolio taxista en Cozumel, que sigue secuestrado por ese gremio; la permanente invasión de publicidad espectacular en calles y carreteras que agrede al paisaje, sin que a ninguna autoridad le importe; los temas de migración, aduana, visados y un sinfín de etcéteras, que como hemos dicho repetidamente, son barreras que inhiben la competitividad.
En este sexenio de la llamada cuarta transformación, hemos carecido tristemente de una secretaría de turismo federal, que era ese interlocutor de calidad, que nos permitía un acercamiento con legisladores, o con otras fuerzas que de alguna manera podían incidir en el quehacer de la cosa turística. Ha sido un sexenio ausente de una política turística, ausente de liderazgo y carente en absoluto de una directriz que pudiera normar y orientar los destinos de esta enorme potencia en turismo que es México.
Y sin embargo se mueve…
Vamos sin directriz, sin piloto y casi sin combustible, sin embargo, avanzamos porque como lo he escrito antes, nuestro México es hermoso, nuestros empresarios enjundiosos y dinámicos y nuestra gente es fabulosa, cálida, entregada, comprometida y muy honesta. Si el gobierno nos eliminara las barreras, no nos pararía nadie.
El 2023, pinta bien, y se antoja como otro gran año, pero hay retos que superar. Los temas descritos antes, especialmente el de la inseguridad y la violencia, podrían frenar el crecimiento y las inversiones, si no se les
pone atención rápida y estratégica.
Nuevamente los empresarios tendrán que salir al quite; cooperar, participar, liderar e invertir; y los gobiernos locales, más allá de lo que dicte la 4T, tendrán que sensibilizarse de su realidad local; replantear, planificar,
eliminar lastres, quitarse de parásitos, romper paradigmas y promover nuevos escenarios. Habrá que trabajar en equipo.
El turismo sigue y seguirá siendo la gran alternativa.

 

 

Capítulo XXIV • Las grandes revoluciones de la historia

por ahernandez@latitud21.com.mx 1 enero, 2023

 

Introducción

El sentido de la palabra revolución que usaremos es el de «cambio grande en nuestra casa», entendida ésta como el planeta que habitamos todos.

A la mentalidad humana le cuesta mucho trabajo aceptar el cambio. La mayoría de las personas ven el cambio con recelo, cuando no con temor, ya que todo cambio significa dejar de ser algo o de estar en un sitio, para ser otra cosa o ir a otro lugar. El momento de transición se percibe como un vacío, como un no ser o un no estar que produce miedo.

Pues bien, la evolución no es otra cosa que un proceso permanente de cambio, producto de que en el universo todo es dinámico, todo se mueve. Ahora ya sabemos que aun la roca más sólida del mundo o el diamante más duro están formados por partículas en movimiento continuo. El cambio es una característica de todo lo existente en el universo, y con mayor razón es inherente a los seres vivos.

La Tierra ha evolucionado siempre, pero a partir del desarrollo de la humanidad ese proceso se ha acelerado. Teilhard de Chardin definió la evolución como «la espiritualización de la materia». Es como el retorno al origen.

Los puntos críticos de la evolución, a partir de la aparición del ser humano, los hemos llamado las grandes revoluciones de la humanidad. Se trata de cambios que han modificado conductas, tecnologías, modos de vida, etc., y de una u otra manera han alterado el medio ambiente en el cual se ha producido la vida.

Cada una de estas revoluciones ha llevado al ser humano a prosperar en salud, en esperanza de vida, en protección ante las inclemencias, en seguridad, en desarrollo intelectual, etcétera.

Tal vez no nos guste imaginarnos como animales, sin embargo, nuestro material genético es igual en un 99% al de los grandes monos.

En la Tierra, hasta lo que se conoce el día de hoy, la vida se inicia en los medios acuosos, con microorganismos unicelulares que, al evolucionar, se vuelven multicelulares. En sus procesos de digestión van también formando oxígeno, como el reino vegetal lo hace hasta la fecha. Tal parece que ése es el origen de nuestra atmósfera rica en oxígeno.

Conforme este proceso continuaba, los seres vivos se fueron desarrollando de acuerdo con las leyes de la selección natural, generando cada vez formas de vida más complejas. Los seres vivos se especializan conforme a sus funciones en la biosfera terrestre y aparece el reino animal. A diferencia del vegetal, que se alimenta de luz, minerales, agua, etc., los animales se alimentan de los organismos que los rodean y se subdividen en diferentes especies vegetarianas y carnívoras.

Cada animal tiene una alimentación especializada, la cual determina su hábitat y sus costumbres, y lo ubica geográficamente. Como es lógico, entre más amplia es la gama de alimentos, más amplio es su hábitat.

Los mamíferos son la especie más avanzada, pues han desarrollado la capacidad de experimentar sentimientos y emociones; y entre los mamíferos, el ser humano está en la cúspide, pues ha desarrollado el lenguaje, la capacidad del pensamiento lógico, la creación, la autodeterminación (el espíritu). No se sabe a ciencia cierta en qué momento se da en el hombre este paso gigantesco, este pequeñísimo porcentaje del material genético que lo diferencia totalmente del resto de los seres vivos del planeta (y del universo conocido). El Antiguo Testamento habla de Adán y Eva, algunos pensadores modernos agnósticos, escépticos, materialistas y positivistas tratan de explicar la vida en ausencia de un espíritu superior. Los hombres de fe, como es mi caso, creemos que el espíritu hace presencia en el ser humano a través del libre albedrío, que es característica del espíritu en sí. El pensamiento analítico y lógico, la capacidad de crear y transformar conscientemente, etc., son características propias del ser humano, que como conjunto lo diferencian de las demás especies vivas.

El fuego ha existido siempre como un elemento natural. Se ha manifestado de muchas formas, provocado por rayos eléctricos, lavas volcánicas, etc. Cuando el ser humano aprendió a usarlo (hace entre 2 millones y 500 000 años), su vida cambió: cocinó la carne, lo usó para protegerse de las inclemencias y de los animales salvajes, para alumbrarse en la noche, etc. Aprendió primero a cuidarlo y a conservarlo, y después a producirlo. Éste fue quizá el paso clave que lo empezó a diferenciar de sus congéneres primates (que, como él, vivían de la recolección de alimento y del consumo fortuito de carne, pero siempre cruda).

Una vez que aprendió a dominar el fuego, el ser humano tuvo la oportunidad de comer la carne cocida, que tiene mejor sabor y consistencia que la cruda y es más digestible; ello contribuyó a modificar sus hábitos básicos de alimentación lo que a su vez amplió su hábitat a cualquier territorio en donde encontrara la combinación vegetal-animal que garantizara su sobrevivencia, invadiendo de esa manera cada vez más territorios. Con el cruce del estrecho de Bering hace 20 000 años, y con las navegaciones en el océano Pacífico, el ser humano pobló toda la Tierra, gracias en gran parte al poder que le confería producir y dominar el fuego, un poder sobre la naturaleza que ningún ser vivo poseía.

Pudiéramos decir que cuando el fuego de Dios descendió sobre la tierra y el ser primitivo se adueñó de él, se inició el proceso humano: la más asombrosa revolución que nuestro planeta ha presenciado. No en balde los artistas religiosos siempre han representado el des- censo del espíritu en el hombre como una flama de fuego que se posa sobre la cabeza.

Capítulo XXIII • El ciclo de la vida

por ahernandez@latitud21.com.mx 1 enero, 2023

 

Todo objeto material en el universo está constituido por átomos y éstos, en su última expresión, son partículas o energía. Tal pareciera que la esencia se manifestó con libre albedrío o a través de la opción entre energía (vibración, ondas) o materia (partículas, átomos). Los átomos se agrupan formando moléculas y así se inicia la cadena de manifestaciones de la esencia vital. De esta manera comprendemos que la esencia se manifiesta en todos los objetos del universo.

La vida orgánica en el planeta tiene un ciclo que inicia en la combinación de la energía solar, merced a la cual se genera la fotosíntesis, cuya expresión química es:

6C0₂      +          6H₂O         +    energía luminosa =      CH₁2O6         +          60₂

                      bióxido de          agua                                                        azúcar           oxígeno

                      carbono

1. Por medio de este fenómeno, las plantas producen almidones y azúcares y generan oxígeno.

2. Los herbívoros consumen plantas, agua y oxígeno.

3.Las bacterias y los hongos consumen plantas, agua y oxígeno.

4. Los carnívoros consumen plantas, animales, agua y oxígeno.

5. Todos esos procesos generan bióxido de carbono.

6. La fotosíntesis requiere y consume bióxido de carbono, agua y energía solar.

De esta forma, todos los seres vivos, algunos minerales y el agua establecen un ciclo permanente cuyo motor es siempre la energía solar. Igual que ocurre con el ciclo del agua, que vimos en el capítulo anterior. En el trasfondo de estos ciclos combinados existe una «información» que es la que permite que las secuencias se reproduzcan e incluso que evolucionen. Desde los experimentos de Mendel, se conocen las leyes de la herencia que ahora definimos como información genética codificada: permite que cualquier ser vivo se reproduzca a imagen y semejanza de la pareja o el ser que lo engendra.

La clave de la evolución es el ADN, una molécula con dos espirales entrelazadas por cuatro subunidades químicas. Ello determina la herencia.

El ADN controla la química y el crecimiento produciendo las proteínas adecuadas. Primero se desenreda como cremallera (zíper) para exponer una hilera de subunidades. Estas hileras separadas atraen unidades químicas iguales que se encuentran sueltas en el núcleo, formándose una nueva molécula con un nucleótido idéntico al que soltó; como la secuencia de eslabones en las dos escaleras es la misma que la de la molécula progenitora, éste es un mecanismo de duplicación.

La vida es algo más que una creación. Una vez que ha nacido, un individuo tiene que continuar viviendo, lo que consigue gracias a un formidable ejército de compuestos muy versátiles llamados proteínas. Aunque hay millares de ellos, todos son fabricados de acuerdo con las precisas instrucciones dictadas por el guardián del código de la vida: el ADN.

El ADN produce una hebra sencilla, el ARN mensajero, que distribuye las instrucciones para la construcción de proteínas. También forma otras moléculas más pequeñas de una sustancia llamada ARN transportador, que lleva las materias primas, es decir los aminoácidos, al lugar adecuado. Cada molécula de ARN transportador posee un código que servirá para encajar con el ARN mensajero cuando haya encontrado su aminoácido correspondiente. Cuando un rayo cósmico, o una alteración química, incide sobre uno de los peldaños de la estructura molecular del ADN, se produce una mutación.

Puede decirse que el proceso de la vida se ha visto o interpretado de forma distinta en Occidente que en Oriente. En Occidente se desarrolla la conciencia personal a partir de una conciencia dual de lo humano: yo (sujeto) y lo que no soy yo (objeto). En Oriente existen corrientes que intuitivamente parten de una conciencia unitaria: la esencia está en mí. En Occidente se pierde el espíritu de unidad y se desarrolla el espíritu crítico de búsqueda. Es esto lo que provoca el pensamiento científico. En Oriente se persigue la comunión con la esencia, se deja el espíritu inquisidor, no se desarrolla la ciencia, aunque sí los descubrimientos. En Occidente, la ciencia avanza hasta estructurar el conocimiento piramidal de las diversas manifestaciones de la esencia (se recrea la creación en la conciencia humana) y se llega, a través de la física cuántica, a la conciencia (no al conocimiento) de la esencia.

En consecuencia, en lo que se ha dado en llamar la nueva era o la conciencia de unidad, se integran la intuición de Oriente con el conocimiento científico de Occidente y se revaloran, canalizan y reenfocan las tradiciones espirituales legítimas y auténticas, se pregona el advenimiento de la era racional, en donde se corroboran antiquísimas visiones de lo real y se plantea al ser humano nuevo, integrado como el centauro, sin división entre cuerpo y alma, consciente de que su esencia es el espíritu universal, no escindido en el mundo dual. Esta es la etapa que Einstein anticipó y bautizó como la era de la religión cósmica (la conciencia de unidad).

Cuando se habla del espíritu no debe confundirse su manifestación con su presencia: la primera se da en la naturaleza; la segunda, sólo en el ser humano.

Pero para retornar a la unidad debemos darnos cuenta de que la vida depende de procesos (los ciclos del agua, de la vida, etc.) que podemos descomponer, viciar o deformar con la contaminación y el uso indiscriminado de los recursos naturales. Estos procesos se basan en fenómenos físicos, químicos y biológicos que se dan en la tierra bajo determinadas circunstancias. El mundo tiene ya la terrible experiencia -no difundida en toda su dimensión de las alteraciones genéticas que la radiación atómica puede provocar. Ya se sabe de las terribles consecuencias del mercurio en el agua, del DDT, de los herbicidas y, fertilizantes no biodegradables, etcétera.

Todos los ciclos de la vida y las leyes de la herencia pueden ser alterados por el ser humano y hoy ya no cabe la justificación de la ignorancia, pues conocemos las consecuencias. Es en esa conciencia de la experiencia en donde radica la gravedad de nuestra responsabilidad presente y futura. Ciclos y procesos de herencia del futuro dependen de lo que hagamos en el presente.

Los procesos que hacen posible la vida parecen claros y sencillos, pero son enormemente complejos. El mundo es el resultado de un permanente cambio: de una masa estéril en constante erupción, sin atmósfera, a través de millones de años se ha desarrollado un maravilloso sistema que en equilibrio ecológico ha propiciado la aparición de las especies y su evolución. Es impresionante pensar que la vida haya surgido a partir de un principio de elementos inertes.

Elementos básicos de la Tierra

La palabra «materia» deriva del latín mater, que significa “madre»; con esta idea se expresa que la vida emana de la materia. La composición, estructura y fronteras de la materia no nos son totalmente conocidas. Hoy identificamos cuatro estados de la materia: el líquido, el gaseoso, el sólido y el plasma, pero vivimos en un mundo en el que, por ejemplo, las temperaturas naturales van de -50 a 100 °C, pero el hombre ya ha obtenido, por fracciones de segundo, temperaturas de hasta 40 000 000 °C, ¿cuáles pueden ser, pues, las fronteras?

El hombre prehistórico comenzó a conocer la materia por la experiencia de sus sentidos; posteriormente intuyó en ella algunas propiedades que con el método científico pudo comprobar o desechar.

Los griegos, empezando por el filósofo Tales de Mileto y siguiendo con Empédocles, Demócrito, Arquímedes, Sócrates, Platón y Aristóteles, especularon, avanzaron y retrocedieron en el conocimiento de la materia e iniciaron métodos y procesos de búsqueda que permanecen hasta la fecha.

Podemos pensar que los modernos descubridores de lo que conocemos de la esencia de la materia y del universo son, entre otros, John Dalton, Dimitri Ivanovich, Alen de Legeu, Albert Einstein y Robert Oppenheimer.

Si comprendemos que la vida en la Tierra nace de la combinación de la materia y energía, que el universo surge del Espíritu y que tenemos una visión cada vez más clara de cómo se configura esto, entonces el presente ensayo logrará su objetivo.

La ciencia y la intuición nos han ido demostrando, poco a poco, que existe una interrelación entre todos los elementos de la Tierra y la energía solar y universal que se recibe, con lo que se mantiene un proceso de equilibrio creativo que genera la evolución. Fue de esta manera como la vida primitiva provocó cambios en la atmósfera que, a su vez, fueron propicios para nuevas formas de vida.

Notas al margen 

Mutación. Cualquiera de las alteraciones producidas en la estructura o en el número de los genes o de los cromosomas de un organismo vivo, que se trasmite a los descendientes por herencia.

Manifiesto. Descubierto, patente, claro 

2023, un año de expectativas o incertidumbres 

por ahernandez@latitud21.com.mx 1 enero, 2023
  • Amador Gutiérrez Guigui
  • agutierrez@latitud21.com.mx
  •  @AmadorG_G

Iniciamos un año más, y nuestros deseos para todos ustedes es que sean 12 meses de trabajo, armonía, desarrollo y paz social.

Nuestros destinos turísticos recibieron un número récord de visitantes, en esta temporada vacacional que terminó, lo que permite volver a posicionarnos en Latinoamérica como uno de los preferidos del turismo mundial.

Es claro que las obras de infraestructura que se construyen y la onda gélida en Estados Unidos hicieron que el aeropuerto de Cancún tuviera ciertos sobresaltos en los últimos días del 2022. Pero se pudo resolver y los pasajeros tuvieron menos inconvenientes en sus salidas.

Sin embargo, las expectativas económicas de este naciente 2023 nos obligan a ser cuidadosos y claros en lo que puede pasar en las variantes económicas. Analistas del sector privado subieron a un 5.10% el pronóstico de inflación de México al cierre de este año y redujeron a un 0.90% su estimación para el crecimiento económico, de acuerdo con una encuesta del Banco de México (Banxico).

La expectativa sobre el nivel del tipo de cambio del peso frente al dólar estadounidense disminuyó en relación con su comportamiento hasta finales de 2022.

Diciembre cerró con un tipo de cambio de 20.80 pesos frente al dólar y en algunos momentos rozó los 18 pesos por dólar, lo cual fueron buenas noticias. Sin embargo, la interpretación es “sui generis”. 

De la encuesta de diciembre de 2022, Banxico se destacó lo siguiente:

Las expectativas de inflación general para el cierre de 2022 disminuyeron en relación con la encuesta de noviembre, en tanto que, para el cierre de 2023, las estimaciones se mantienen en niveles similares. En cuanto a las expectativas de inflación subyacente para el cierre de este año nuevo, permanece en niveles cercanos a los del último trimestre del año que terminó.

Las perspectivas de crecimiento del PIB real para 2023, se mantendrán en niveles similares a los de 2022, aunque se corre el riesgo de disminuir por variables que se anidaron los últimos seis meses y que el invierno ha venido a recrudecer en Estados Unidos. con las consecuencias que en nuestra economía provocan estos fenómenos.

Otro aspecto relevante es que se anticipa que la tasa de interés monetaria para el cierre de 2023 se reduzca de 9.25% a 9.00%, lo que de alguna forma refleja la confianza de los economistas del Comité Nacional de Estudios Económicos en el sentido de que la inflación bajará y permitirá a Banxico moderar su tasa de interés.

Es pues 2023 un año con expectativas; y de cumplirse lo que se tiene proyectado en infraestructura en nuestro estado, podríamos ser optimistas y esperar que se den las condiciones para terminar de consolidar una sociedad más solidaria, respetuosa del derecho, con empleo bien remunerado, salud y una competencia política democrática en donde se puedan fincar bases sólidas para la consolidación de nuestros destinos turísticos, tanto de la zona norte como de la zona sur, y Quintana Roo se proyecte como una entidad de oportunidades para la inversión, que genere un mayor desarrollo social.

Estaremos muy atentos a los acontecimientos, pero reiteramos nuestro optimismo para que el 2023 sea el año no en el que vivimos en peligro, sino en recuperación plena de nuestra economía y la de los ciudadanos.

La portada para abrir el año nos trae una interesante entrevista con Eduardo Martínez, de grupo Cumbres, quien a la vez está fungiendo como presidente del CCE del Caribe, representando al empresariado local. Este mercado inmobiliario y de tierras sigue en crecimiento; de viva voz nos expresa el gran auge que su sociedad empresarial sigue teniendo y apostando por Quintana Roo.     

Tiempo de oportunidades

por ahernandez@latitud21.com.mx 1 enero, 2023
  • Nelly García
  • ngarcia@latitud21.com.mx

 

Iniciamos un nuevo año, y es un momento más que propicio para la renovación, para emprender y para retomar asuntos pendientes, para imprimir nuevos bríos a los proyectos. Tanto a nivel personal como colectivo, necesitamos aprovechar el empuje que todo comienzo nos brinda. Hay que ponerle corazón, voluntad y mucha creatividad a todo lo que hagamos,

Si el 2022 fue fructífero en muchos sentidos, este nuevo año es la oportunidad perfecta para mejorar todo lo que podamos.

Como estado, Quintana Roo tiene mucho que ofrecer y también mucho que trabajar para seguir avanzando en todo lo que se logró el año pasado. Los proyectos que están encaminados en materia de infraestructura sin duda plantean nuevos retos y oportunidades para todos. 

En el rubro económico, sin duda la generación de más y mejores empleos, bien pagados, en condiciones dignas, es el gran pendiente, es lo que piden muchas familias. Y por supuesto, el tema de seguridad, que sigue siendo un lastre que a todos nos pesa. Esperemos que nuestras autoridades hagan más, pero que también como sociedad todos pongamos el esfuerzo que nos corresponde, porque hacer una sociedad más justa, empática y colaborativa, es responsabilidad de todos, no sólo de los gobiernos.

Precisamente ese es el llamado de Eduardo Martínez, nuestra portada en esta edición; como director general del Grupo Cumbres y como líder del Consejo Coordinador Empresarial, tiene clara la visión del esfuerzo en conjunto para salir adelante. 

Presentamos también una entrevista con Steven Lorenzo, director del Cancun International Boat Show, quien nos compartió su propósito de diversificar la oferta turística y atraer más oportunidades de negocio y visitantes con la promoción del turismo náutico recreativo. Enhorabuena por estos esfuerzos y que haya muchos más. 

Bienvenidas las nuevas inversiones, como el hotel Waldorf-Astoria Cancún y el Hospital Joya, en el corazón de la zona hotelera de esta ciudad; sin duda, la apertura de estos negocios es fiel reflejo de que nuestro destino tiene todavía muchísimo potencial en materia económica. Es cierto que el turismo es el motor, es el eje, pero también es cierto que el beneficio es para muchos otros sectores, porque la confianza de estas nuevas empresas permea a nivel nacional e internacional. Cancún y todo Quintana Roo, son símbolos de certeza jurídica y económica, y eso se traduce en más oportunidades para todos los que vivimos aquí.

Esperamos que este año estas oportunidades se multipliquen, que la naturaleza sea benévola y que los factores globales se resientan menos.   

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