Camila Jaber: Deporte y activismo ecológico

por ahernandez@latitud21.com.mx

Camila Jaber, la llamada “sirena mexicana”, combina la práctica de la apnea con la defensa de los recursos naturales, particularmente los cenotes y océanos 

En su ADN, en sus venas, en su mente y en su corazón, corre el amor por el agua, por la naturaleza; y no es para menos, nació en Ciudad del Carmen, Campeche y creció en Playa del Carmen, Quintana Roo, así que su fascinación por los recursos hídricos, crecieron con ella.

En su infancia practicó y compitió en varios deportes acuáticos, hasta que a los 16 años, gracias a un conocido de su familia conoció la apnea, y quedó encantada. Mucho tiempo practicó buceo con tanque, pero su naturaleza inquieta le hizo preferir la apnea, ahí encontró una gran libertad.

Practicó tres años de manera recreativa en los cenotes de Quintana Roo, hasta que dio el salto natural a la competencia. Su debut fue en San Andrés, Colombia, donde representó a México y rompió su primer récord nacional… Y de ahí, en adelante, todo ha sido una gran aventura, premios, experiencias, anécdotas, apasionarse más y encontrar a través de su pasión por el agua la manera de llegar a miles de personas para promover el cuidado de los recursos naturales.

Para quienes no saben qué deporte es este, explícanos brevemente…

Es un deporte que consiste en aguantar la respiración, básicamente y descender a la profundidad con una sola bocanada de aire; hay muchas disciplinas para hacerlo: con una aleta, que pones tus dos pies en una aleta; con las dialetas, en inmersión libre que es con una cuerda, y yo me especializo en apnea sin aletas, en donde nadas con un estilo de pecho adaptada; es la que más me gusta, porque es la que te da más libertad y te pone más a prueba tu técnica y la forma en la que te detienes en el agua. Es un reto único.

FOTOS: Daan Verhoeven

¿Qué riesgos implica y qué fortalezas deben tener quienes lo practican?

Es un deporte de riesgo, sí; no es extremo, porque depende enteramente de ti y de cómo te acercas a la disciplina; pero sí tiene riesgos, si llegas a tus límites está la posibilidad de un desmayo, y eso normalmente pasa cuando llegas a la superficie, cuando terminas tu buceo.

Por eso la regla número 1 es nunca practicar esto solo o sola; es la base, porque en caso de que esto suceda, siempre debe haber alguien en superficie, para asistirte y mantenerte fuera del agua, es crucial y puede ser la diferencia. Sería un ligero desmayo, del cual no hay mayores consecuencias.

Las fortalezas para practicar este deporte abarca muchas áreas: la parte física, que comprende fuerza, flexibilidad, tolerancia al incremento del dióxido de carbono por el consumo de oxígeno, cuánto puedes aguantar la respiración; en cuanto a la parte mental, se maneja lo que es el mindfulness, que es mantenerte en el presente, anclada, no adelantarte, no estar pensando en otras cosas, sino en ese momento, durante los buceos. También tienes que entrenar la capacidad de compensación de tus oídos, porque cuando buceas el volumen de tus paranasales disminuye, entonces tienes que compensarlo, y a profundidades mayores se pone cada vez más difícil, es un reto grande. 

¿Desde hace cuánto vives en Playa del Carmen y cómo inició tu faceta de activista?

Llevo 19 años viviendo en Quintana Roo, teniendo mi base ahí, mi familia está ahí. Yo me fui 5 años a Monterrey a estudiar la carrera en Ingeniería en Innovación y Desarrollo, con un enfoque en sustentabilidad y recursos hídricos.

Llevo todo este tiempo en esa zona, con mi base, por eso los cenotes son como mis salones de clase, conozco muchos lugares a lo largo de la costa que son bellezas naturales únicas y por lo cual, a la par de mi desempeño como apneista se me despertó esa vocación de defender esos recursos hídricos, especialmente el agua como elemento que nos conecta con algo muy profundo como seres humanos.

Por eso la defensa del Acuífero Maya, al que podemos ver y nos acercamos a través de los cenotes, pero comprende ese sistema de ríos subterráneos que es tan amplio que se encuentra debajo de toda la península de Yucatán.

La pieza I’m Cenote habla de la contaminación del acuífero por diferentes industrias; la segunda parte, como la secuela, se llama “Voces del agua” y habla específicamente de los daños por las obras, la operación y el manejo de la construcción del Tren Maya, lo que representa este tren que continúa con este modelo económico turístico que, sin duda ha ayudado a que el estado se desarrolle, ha traído oportunidades y trabajo, pero ha sido a costa de nuestros recursos naturales y tenemos que encontrar formas de poder vivir con un balance.

¿Qué premios has obtenido?

He obtenido múltiples récords nacionales en las tres disciplinas; el que sostengo ahorita, con mucho orgullo, es el de 58 metros sin aletas y 82 metros con dialetas.

Estos buceos son una muestra de disciplina, mucho empeño, esfuerzo y sacrificios.

En 2021 obtuve medalla de plata en la categoría sin aletas en Vertical Blue, que es la competencia más importante del circuito, que se lleva a cabo en Bahamas, y en la competencia de Challenge en el mismo año obtuve 4 medallas de oro en las diferentes disciplinas.

Pero más que las marcas, valoro más los reconocimientos que he logrado por abordar esta etapa de atleta con activismo y otras facetas de mi vida, que han sido de mucho orgullo. Por ejemplo, el premio Mujer Tec en la categoría de deporte, por impulsar un deporte que es poco común e intentar que llegue a más personas y también buscando más representación de las mujeres en estos deportes; y por supuesto, la pieza “I’m Cenote” ganó primer periodo en Create COP 26, que era un concurso de arte que respondiera al cambio climático. 

Cuéntanos de “I’am cenote” y qué lograste con esta pieza audiovisual.

Fue en colaboración con Daan Verhoeven, que es el videógrafo y la música la hizo Iván Espósito; la hicimos en 2019, con la intención de mandar este mensaje claro de lo que está pasando con la contaminación en los cenotes por el desarrollo urbano desmedido, el crecimiento inmobiliario y la llegada de otras industrias como la agrícola, explotación de piedra y otras formas para abastecer las demandas de la población. Quisimos hablar de eso desde una perspectiva artística, que despierta emociones y hace que le llegue mejor a las personas.

En 2021 salió este concurso, envié el video y tuve la gran sorpresa de que ganó, de entre las propuestas de muchos países y miles de piezas de arte; el mensaje resonó muy fuerte en los jueces y eso nos tiene muy orgullosos; lo hicimos en 6 cenotes de Quintana Roo y Yucatán, todo fue en apnea. El segundo, que se llama “Voces del agua”, también tiene una narración de fondo, estilo poema, en un cenote con una historia distinta. 

Sabemos que eres una joven muy activa, ¿a qué más le dedicas tu tiempo?

Trabajo en producciones, filmaciones y comerciales, haciendo apnea o algo relacionado al deporte, como modelo, como doble de acción o promocionando algo.

También tengo la suerte de trabajar en documentales hablando de estos temas que son tan importantes. Además, tengo gusto por la lectura, convivir con mis amistades y la familia, es muy importante, intento estar cerca, pero el trabajo y la apnea me lleva a viajar a lugares muy especiales y a bucear en mares y en ecosistemas nuevos, pero siempre los cenotes son mi espacio de refugio, a los que llamo casa.

Compártenos un mensaje para las nuevas generaciones, que se plantean retos, ¿cómo los inspirarías…?

Creo que cada quien tiene su camino, lo que sí puedo recomendar es reconocerse ellos mismos y aceptar quiénes son, el primer paso es ser auténticos consigo mismo, no dejarse llevar por lo que van a decir otros. No estar tanto en redes sociales, en este alimento de mucha información, sino encontrar espacios de silencio y de inspiración para encontrar lo que les gusta; no tiene que ser necesariamente temas de ayuda al planeta, hay muchas otras cosas que necesitan manos, ayuda, y yo sí creo fervientemente que todos debemos dedicar al menos una parte de nuestro tiempo a alguna causa que nos mueva, algo que sea más allá de nosotros mismos, la recompensa que te da como persona es mucha y eso te inspira en otras áreas de tu vida. 

También recomiendo encontrar mentores, gente que te guíe, yo tuve la fortuna de encontrar una instructora chilena de apnea desde que empecé, Maca Benítez, que gracias a ella pude practicar el deporte; me volví su asistente, la ayudaba a cambio de entrenamientos y eso para mí fue una gran guía.  

¿Tus mejores experiencias?

En el mar tengo experiencias muy especiales, me siento muy orgullosa, siento que el mar me regala estos momentos, como nadar con tiburones en diferentes partes del mundo, tener esta cercanía e interactuar con vida marina, eso ha sido una parte muy importante de mi carrera como apneista y por lo cual yo quería pasar más tiempo debajo del agua y ahora tengo la fortuna de poder hacerlo.

De las mejores experiencias también han sido mis buceos profundos, por ejemplo, a 82 metros en el Agujero Azul en las Bahamas.