Los proyectos, por grandes o pequeños que estén, necesitan estar respaldados por una Manifestación de Impacto Ambiental (MIA); creo que eso todos lo sabemos, y por ahí debería empezar el gobierno federal del presidente Andrés Manuel López Obrador su defensa del proyecto del Tren Maya que atraviesa la selva de Quintana Roo.
Cuando los grupos ecologistas han hecho reclamos sólo han recibido regaños y señalamientos desde la máxima tribuna, pero ¿qué pasaría si, en cambio, saliera el secretario del Medio Ambiente a explicar qué y cómo lo están haciendo?
Obviamente esto no va a suceder por dos razones: una, porque el presidente se encarga personalmente de defender sus proyectos, y porque no hay documentos que amparen lo que están haciendo.
El nuevo trazo del Tren Maya, anunciado apenas hace un par de meses, no puede tener estudios que lo respalden porque es imposible que en tan poco tiempo hubiera realizado todos los trámites y acciones necesarias como para, por lo menos, sacar una línea base ambiental, social y legal, “chafa”.
Eso, según nos explican los expertos, es el primer paso, que de entrada es imposible, porque la viabilidad ambiental encontraría muchos problemas, la social no la tiene considerada y la legal no ha sido respetada.
En lo legal, según nos platican, habría que cambiar los planes municipales de desarrollo, por ahora las UGAS no permiten proyectos de este tipo, por ejemplo.
Algunos de los estudios que ha presentado Fonatur y que la Semarnat está aprobando, están seccionados; es decir, no es lo mismo la viabilidad de un proyecto de 70 metros por 70 kilómetros, que cuadrantes de 70 x 1 kilómetro; el proyecto debería evaluarse completo.
Lo he comentado antes en estas líneas, la ley ambiental de nuestro país es de las más restrictivas del mundo y más en una zona con selva, manglares, cenotes, ríos subterráneos y cavernas inundadas.
Contrario a lo que muchos quizá piensan, no estoy en contra del proyecto del Tren Maya; me parece que puede ayudar en gran medida de Mérida a Cancún y de Cancún a Tulum, pero lo que sí debo decir, como en cualquier proyecto, con la ley por delante, nada más.
El calvario de los colombianos
Muchos colombianos fueron rechazados al llegar a Cancún y regresados a su país sin poder disfrutar del Caribe Mexicano; esto se convirtió en un grave problema, porque ya se permeaba una gran molestia diplomática, ya que no se requiere visa para viajar desde Colombia, pero se desconocían los criterios que aplicaba Migración.
Hoy los colombianos tendrán que prerregistrase en Colombia antes de viajar, cumplir con todos los requisitos que pide la autoridad; tendrán que presentar su itinerario detallado y hasta digitalizar algunos documentos.
Esperamos que este sistema que aplica desde el 1 de abril, fluya bien y que el problema realmente se resuelva, porque Colombia es el tercer alimentador de visitantes al Caribe Mexicano, sólo detrás de Estados Unidos y Canadá.
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