En el universo de la alta relojería, hay piezas que trascienden las tendencias. Audemars Piguet lo ha demostrado una vez más con su reciente lanzamiento, en el que su icónico Royal Oak se reinventa con una complicación que seduce a coleccionistas y entusiastas: el calendario perpetuo optimizado.
Con motivo de su 150 aniversario, la firma suiza introduce un mecanismo que simplifica el ajuste del calendario, permitiendo modificar cada función desde la corona. Un detalle sutil, pero revolucionario en un mundo donde la precisión lo es todo. Esta innovación llega en tres versiones: una caja de oro de 18 quilates con un tono «arena» sofisticado, un clásico modelo en acero inoxidable y una edición especial con detalles tipográficos inspirados en documentos históricos de la marca.
Para los apasionados por la máxima expresión de la relojería, la edición esqueletada “150 aniversario” es un tributo a la tradición artesanal de Audemars Piguet. Con su esfera calada y detalles en azul profundo, evoca la esencia de un reloj de bolsillo del museo de la casa. Un equilibrio perfecto entre herencia y vanguardia.